Lejos quedó el tenso ambiente de la convención bancaria del año pasado en la que López Obrador acudió como candidato presidencial del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y fue recibido con muy poco entusiasmo.
En esta ocasión, el ya presidente de México sí logró arrancar los sonoros aplausos de los cerca de mil asistentes de la 82 convención bancaria celebrada el 21 y 22 de marzo en la costera ciudad de Acapulco, en el estado de Guerrero.
"No vamos a promover desde el Ejecutivo ninguna ley que regule u obligue el cobro de comisiones (...). Es un compromiso que hicimos y lo vamos a cumplir porque los compromisos se cumplen", dijo el ovacionado mandatario.
López Obrador, que asumió el cargo en diciembre, se desmarcó así del grupo parlamentario de su propio partido que anunció a finales de año la intención de eliminar las comisiones bancarias, lo que provocó una fuerte caída de la Bolsa Mexicana de Valores.
El presidente izquierdista desató euforia con un alegato a favor de la libre competencia, que según dijo es la única forma para regular los costos de las comisiones, y al reiterar que siempre respetará la independencia del Banco de México.
Pero con su habitual tono de sermón, López Obrador instruyó a los banqueros que la intención de mantener la "estabilidad económica" no es incompatible con la "transformación" que quiere para el país.
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En ese sentido, declaró inaugurado el "posneoliberalismo", una nueva etapa en la que "no haya corrupción, que no haya impunidad y que no haya lujos y derroche en el gobierno".
Lamentó que, en 36 años de lo que él llama gobiernos neoliberales, "la economía ha permanecido prácticamente estancada", con índices de crecimiento anual del 2 por ciento del PIB.
Por eso, se propuso el "reto" de hacer crecer la economía mexicana al 4 por ciento del PIB, sin inflación, sin subir impuestos y con una mayor inversión pública, cuyos recursos se obtendrán de lo que el gobierno se ahorre en corrupción.
"Lo vamos a lograr porque se están convocando a todos los sectores de la economía, no lo podríamos hacer solos", dijo López Obrador, quien invitó a la banca a canalizar la inversión privada hacia los grandes proyectos de infraestructuras con los que el gobierno pretende desarrollar el país.
De esta manera, el presidente de México dio por cerrado la convención bancaria de este año, cuyo programa estuvo centrado en las nuevas tecnologías aplicadas en el sistema financiero.
Uno de los grandes protagonistas de las ponencias fue el CoDi, un mecanismo de pago digital a través de códigos QR en teléfonos inteligentes que los grandes bancos mexicanos deberán ofrecer a partir de septiembre.
Este sistema fue aplaudido por los presidentes de Visa Internacional, Ryan McInerney, y de Mastercard, Ajay Banga, ponentes estrella de la convención.
Además, el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, lo definió como un "elemento transformacional" que permitirá que los 30 millones de mexicanos que tienen teléfonos inteligentes pero no disponen de cuentas bancarias puedan acceder a servicios financieros.
Pero el presidente López Obrador señaló como reto pendiente expandir la red de internet a todo el país para que estos mecanismos puedan funcionar.
Una vez más, uno de los temas de discusión fue la falta de cobertura financiera en buena parte del país, pues solo el 73 por ciento de los municipios mexicanos disponen de alguna sucursal bancaria o de un cajero.
El nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera, quien asumió el cargo este mismo viernes, se comprometió que en un plazo máximo de seis años se alcance una cobertura total del territorio mexicano.
"Hagamos un esfuerzo conjunto para que haya servicios bancarios en todo el país (...) porque no hemos avanzado mucho", dijo López Obrador, repitiendo así la misma petición que hizo el pasado año cuando acudió al encuentro bancario siendo un candidato poco querido.