El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Marcelo Pantoja, había advertido del "período crítico" que afrontan los agricultores porque no hay las óptimas condiciones para que el sector crezca.
"Los hidrocarburos y minerales han sido el motor del desarrollo del país, pero están deprimidos, tienen problemas, entonces creo que es la época del campo", expresó Pantoja en una reciente visita de periodistas a Santa Cruz, la principal región agraria boliviana.
La visita para conocer la realidad de los productores estuvo impulsada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El representante de Anapo en el municipio cruceño de Cuatro Cañadas, Fidel Flores, sostuvo que se calculó que utilizando la soya HB4, resistente a la sequía, aumentaría en un 20 a 30 por ciento el rendimiento por hectárea, que en promedio es de 2.500 kilos por hectárea.
Los pequeños productores también manifestaron que el uso de biotecnología, que en Bolivia requiere autorización estatal, es necesario para no depender tanto del clima en cultivos como soya, sorgo y maíz.
La pasada semana asociaciones de pequeños y grandes productores de Santa Cruz emitieron un "inédito" voto resolutivo en el que se declaraban en emergencia por la afectación de más de 350,000 hectáreas de soya de las 1,028,000 sembradas esta campaña de verano.
Las pérdidas por sequía, el desborde de ríos y otras afecciones en distintos cultivos en la principal zona agraria del Bolivia superan esta campaña los 168 millones de dólares, según los productores.
En ese pronunciamiento los productores pedían que el Gobierno boliviano aprobara el uso de variantes biotecnológicas como la HB4 en la soya y que se evalúen también para otros cultivos como maíz.
Este lunes empresarios privados y representantes del gobierno boliviano encabezado por el presidente Evo Morales se reunieron en Santa Cruz para abordar el uso de biotecnología.
El ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, anunció la aprobación del uso de esta biotecnología en la soya con el fin exclusivo de la elaboración de biodiésel, sin detallar qué variante se autorizará.
El ministro indicó que la autorización fomentará 250,000 hectáreas adicionales de cultivo que se destinarán al biodiésel, además de una inversión de unos 2,000 millones de dólares para infraestructura, industrias y maquinaria.
Luego de este anuncio, el gerente del IBCE, Gary Rodríguez, manifestó a Efe que esta es una de las "mejores noticias de los últimos cinco años para los pequeños y grandes productores".
El biodiésel, menos contaminante, ayudará a no depender de la importación del combustible fósil, resaltó.
El año pasado Bolivia importó diesel por unos 900 millones de dólares, según datos del IBCE.