Las políticas del gobierno mexicano son "particularmente relevantes" en el largo plazo para los prospectos soberanos del país, dijo la calificadora en un reporte especial.
"En el corto plazo (2019-2020), los planes del gobierno de elevar el gasto social y la inversión pública en el sector energía darán impulso a la demanda doméstica", precisó la agencia.
"No obstante, es cuestionable que el crecimiento económico a través de un mayor gasto púbico pueda ser sostenible en el mediano plazo", agregó.
De esta manera, Moody's consideró que el efecto de las políticas en los prospectos de crecimiento del país en el mediano plazo dependerán en gran medida de la recuperación de la inversión privada.
En menor medida, indicó, se dependerá de la evolución del consumo en la segunda mitad de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó el pasado 1 de diciembre.
"Nuestro escenario base es que el gobierno hará esfuerzos para preservar la fortaleza fiscal de México", explicó Moody's.
"No obstante, las presiones de gasto derivadas de la necesidad de proporcionar apoyo financiero a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la agenda social y de desarrollo del gobierno podrían comprometer el objetivo de las autoridades de mantener la responsabilidad fiscal en el mediano plazo", alertó.
El gobierno mexicano anunció hace dos semanas un plan de ayuda para la estatal Pemex, con la inyección de 107,000 millones de pesos (unos 5,200 millones de dólares) para este año.
La petrolera enfrenta una difícil situación financiera debido a la caída en la producción petrolera, ya que aporta una buena parte de las finanzas gubernamentales.
"El impacto inicial en el balance del gobierno de cubrir completamente las necesidades futuras de financiamiento de Pemex sería relativamente moderado, del orden de 1 a 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual", indicó la calificadora.
"Sin embargo, como la necesidad de apoyo soberano puede ser recurrente, la deuda del gobierno podría moverse significativamente por encima de su nivel actual (35 por ciento del PIB) a mediano plazo, superando la marca del 40 por ciento y pesando en el perfil crediticio del soberano", agregó.
López Obrador ha prometido llevar una política de austeridad, con un estricto control del gasto y un nivel bajo de endeudamiento.
El gobierno de su antecesor, Enrique Peña Nieto (2012-2018), fue objeto de señalamientos en materia de deuda, debido a que ésta alcanzó un nivel histórico del 48,2 por ciento del PIB en 2016.