En un reporte especial sobre la banca mexicana, la agencia recordó que el pasado 5 de octubre la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que regula al sector, estableció un nivel de apalancamiento de al menos 3 por ciento para las entidades participantes.
"El nuevo mínimo es positivo para la nota crediticia de los bancos mexicanos porque asegurará que los prestamistas no aumenten sus balances en exceso en relación con su capitalización", explicó la calificadora.
"Las regulaciones mexicanas están más en línea con los estándares globales", agregó.
Moody's refirió que desde 2016, el regulador del sistema financiero dejó a los bancos calcular sus índices de apalancamiento, es decir, el capital de las entidades de crédito que respalda adecuadamente sus propios activos, sin establecer un mínimo.
De esta forma, las nuevas medidas complementan el marco financiero de México, al mismo tiempo que ayudará a resolver las deficiencias de las medidas de capital basadas en el riesgo, indicó.
Entre las carencias del sistema, Moody's se refirió a la falta de transparencia, posibles limitaciones en su comparabilidad y estimaciones deficientes de los riesgos de baja probabilidad de ocurrencia.
"En resumen, se asegurarán de que los bancos mexicanos no se excedan en el apalancamiento, incluso cuando mantengan índices adecuados de capitalización", añadió.
La calificadora recordó que, hasta junio de 2018, el índice de apalancamiento promedio ponderado para los siete prestamistas más grandes del país, o el 80 por ciento del sistema, fue de alrededor del 9 por ciento.
El sistema bancario mexicano está concentrado por los grupos financieros BBVA-Bancomer, Banamex, Santander, Banorte, HSBC, Inbursa y Scotiabank.
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, puede crecer de 2 a 2,6 por ciento este año, de acuerdo con las previsiones del central Banco de México.
En 2017, el producto interno bruto mexicano se expandió un 2 por ciento.