Por su parte, Banco Base explicó que los precios de las principales mezclas de crudo cerraron la primera semana de septiembre con fuertes pérdidas, ante un incremento en las preocupaciones sobre la demanda futura del hidrocarburo.
Señaló que el nerviosismo sobre la demanda se ha dado ante las preocupaciones relacionadas con las economías de los países emergentes, las cuales han mostrado desbalances macroeconómicos y riesgos políticos.
Por otra parte, la incertidumbre de que la guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifique y que afecte el crecimiento económico global, impulsó el nerviosismo del mercado sobre la demanda de crudo.
En este sentido, la institución financiera subrayó que el nerviosismo causó que los participantes del mercado se preguntaran si la acumulación de inventarios de derivados de petróleo en Estados Unidos durante la semana previa fue tan sólo un evento temporal o si se trata del inicio de una tendencia a la baja de la demanda.
Durante la semana, la Administración de Información Energética (EIA) publicó que los inventarios de gasolina estadunidense crecieron en 1.84 millones de barriles, en tanto que los inventarios de destilados y queroseno crecieron en 3.11 millones de barriles y 705,000 barriles, respectivamente.
Si bien los inventarios de petróleo se redujeron en 4.30 millones de barriles, de manera conjunta, los inventarios de los derivados de crudo crecieron por encima de 5 millones de barriles, impulsando el nerviosismo del mercado.
En este contexto, el crudo tipo West Texas Intermediate (WTI) retrocedió dos centavos de dólar, para venderse en 67.75 dólares el barril, mientras que el Brent avanzó 33 centavos de dólar para ofertarse en 76.83 dólares el tonel.