Así lo consideró Sérgio Henrique Passos Avelleda, jefe del Gabinete de la municipalidad de Sao Paulo, durante su participación en el segundo día del 10° Congreso Internacional de Transporte. Movilidad, Política Pública y Sustentabilidad, en el que participó con la conferencia magistral Transporte público en la Ciudad de Sao Paulo.
Avelleda nació en Curitiba, Brasil y está considerado experto en proyectos y concesiones y alianzas públicas privadas, además de que es ciclista y defensor de políticas de movilidad urbana activas. Fue nombrado presidente de la Companhia Paulista de Trens Metropolitanos – CPTM (Los trenes de Cercanías de São Paulo), de 2007 hasta 2010.
Durante su gestión destacó la implantación de la Ciclovías de Pinheiros y el Programa Ciclista Ciudadano. Comenzó su trabajo en la Gestión Pública en el Estado de São Paulo, a través del sector de ferrocarriles. En la Companhia do Metropolitano de São Paulo – Metrô SP, fue abogado y Director de Asuntos Corporativos. Asumió la presidencia del Metrô durante el período de 2011 hasta 2012. En enero de 2017 asumió la Secretaria de Movilidad y Transportes de São Paulo.
Desde esa amplia perspectiva, Passos Avelleda advirtió que en Sao Paulo tienen una de las líneas del metro más ocupada del mundo, que transporta 1.1 millones de usuarios todos los días.
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Eso, dijo, es una demostración clara que tenemos un problema urbano, donde el uso del suelo de la tierra representa un problema fatal. Nosotros que trabajamos en movilidad, muchas veces nos apuntan como los culpables porque no ofrecemos un transporte de calidad, pero mientras nuestras ciudades no tengan una planeación, por más que aumentemos la oferta, si no cambiamos la planeación urbana, no hay posibilidad de contar con un transporte de calidad.
En su conferencia magistral Transporte público en la Ciudad de Sao Paulo indicó que existen dos sistemas de transporte público en Sao Paulo: el estructural –con traslados largos, desde los barrios hasta el centro de la ciudad- y el local –de buses pequeños que salen de las calles pequeñas y llegan hasta donde salen los autobuses estructurales-, pero se piensa firmar un contrato para conformar un nuevo sistema donde haya un subsistema estructural, de articulación regional –que sustituye el local- y se creará un sistema mixto que se llama distribuidor, va a ser la conexión entre los sistemas locales y el estructural y tender la conexión con los barrios, para disminuir el deseo de trasladarse al centro de la ciudad.
En su ponencia comentó que esta ciudad brasileña tiene una población de 12 millones de habitantes donde cuentan con una flota de 8.3 millones de unidades de transporte público, por lo cual consideró que tiene un parecido a la Ciudad de México; además existen 48,000 choferes agrupados en 17 empresas concesionarias y 15 permisionarias.
Asimismo, compartió que se trasladan 9.5 millones de pasajeros al día a través de 1,343 líneas de transporte, donde 95 por ciento cuenta con tarjeta de pago.
Por último, citó el caso de Santiago de Chile, cuando Michelle Bachelet llegó al poder pretendía cambiar el sistema de transporte y lo que generó fue un caos en el uso del transporte, por lo cual indicó que en Sao Paolo se pretende que en tres años se cambie en forma paulatina el sistema de transporte.
Enfatizó que se va a pasar de una flota operacional de 13,600 autobuses para dejarlo en 12,600 unidades, y aunque se disminuye la cantidad de unidades, habrá un aumento en la oferta de viajes y una disminución de tiempo de espera. Vamos a sacar autobuses pequeños para llevar autobuses grandes, se van a quitar las unidades de las líneas sobrepuestas, es decir, las que corren en una misma ruta y que ocasionan embotellamientos viales.