Un sismo más duro que el de 85, comentan habitantes del sur de la ciudad

Un sismo más duro que el de 85, comentan habitantes del sur de la ciudad

“Duro, macizo y conciso”. No, no es la característica de la entrada de una nota, es la descripción que hacen los habitantes del sur de la Ciudad de México que resultaron afectados por el sismo de 7.1 grados, ocurrido la víspera.

Y es que por donde quiera que se vea, el sur de la Ciudad de México resultó por mucho una de las zonas más afectadas de la capital del país, en donde llama la atención la tradicional zona comercial de Miramontes, desde Acoxpa hasta Calzada de las Bombas.

La noche llegó a su fin, y por curioso que parezca, las calles que en condiciones normales suelen estar llenas de vehículos desde las 5:00 horas, permanecen con tráfico escaso, como si se tratara de un día feriado, donde apenas uno que otro desvelado circula por la ciudad.

Por momentos las calles de la zona que comparten las delegaciones Tlalpan y Coyoacán parecieran el escenario de una ciudad fantasma, con casas sin luz y un silencio poco común, el cual es sólo roto por el sonido de los pasos de la gente que se encamina rumbo a sus trabajos o a continuar brindando ayuda en las zonas dañadas del lugar.

Destaca en particular la cuadra conformada por las calles de Miramontes, Calzada del Hueso, Rancho Vista Hermosa y Rancho de los Arcos, donde los edificios han sido desalojados en su totalidad dado que la mayoría de ellos resultaron dañados.

“Ni en el sismo de 85 ni en el del pasado 7 de septiembre nos causaron tanto daño como el de ayer”, comenta una de las vecinas que lleva 34 años de vivir en el lugar y que desde ayer ha permanecido sobre la banqueta junto con sus vecinos en espera de que lleguen los peritos de Protección Civil a revisar el lugar.

“Hemos tenido temblores fuertes, y ninguno nos había causado demasiados problemas, pero con el de ayer nos hemos quedado completamente sin hogar”, subrayó.

Y es que para sorpresa de quien pasa por el lugar, todos los edificios muestran fisuras marcadas y en ocasiones con fracturas que han dejado expuestos las camas, los muebles, los libros y demás posesiones de quienes vivían en el lugar, principalmente todos los del primer piso.

No faltan los vecinos que a primera hora han acudido para tratar de rescatar lo más importante o lo más que pueden, “lo demás ya no importa”, comenta una vecina que termina de cargar su camioneta para partir con su familia fuera de la ciudad.

Pero para quienes no tienen otro lugar a dónde ir, “no hay de otra más que esperar”, comenta un vecino de edad avanzada, quien comparte que ayer pasaron las autoridades de Protección Civil de a rápido, ya que se está dando prioridad a los edificios que se cayeron de donde están rescatando gente”.

“Después nos atenderán a nosotros”, agregó convencido y sereno, aunque no sin poder evitar mostrar molestia, ya que su hogar se encontraba despedazado y no estaba seguro de poder volver a habitarlo.

Mientras tanto, sobre Rancho de los Arcos continúa la labor intensa por rescatar a quienes pudieran seguir atrapado bajo los escombros, aunque el cansancio ha cobrado a sus primeras víctimas, quienes duermen en los camellones tras haberse mantenido trabajando desde el primer momento hasta altas horas de la madrugada en que llegaron sus relevos.

No es poco común ver por las calles vehículos con golpes, en el mejor de los casos sólo lamineros, en el peor, tan graves que indudablemente se trata de vehículos que tendrán que ser declarados como pérdida total dado que están completamente aplastados.

Por lo que respecta a las diferentes escuelas, prevalecen las labores en la Calzada de las Brujas para rescatar a los infantes del Colegio Enrique Rébsamen que todavía pudieran continuar atrapados.

El ingreso al lugar permanece celosamente resguardado por las autoridades para evitar el ingreso de curiosos que “sólo pasan para tomarse una selfie los graciosos para postear en sus redes “sobreviví al sismo de 2017”, según comenta uno de los voluntarios.

En cuanto al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey se encuentra cerrado dado que los edificios que conforman la entrada principal están completamente dañados.

Aún y así, los trabajadores de esta casa de estudios han habilitado un centro de acopio por las puertas 2 y 3, sobre calle Puente, en donde constantemente reciben los víveres y artículos de curación que se requieren para atender a los afectados por el sismo.

De esta manera, trascurre la mañana sin que ninguna de las grandes tiendas muestre signos de que vayan a abrir, por lo que son los pequeños centros comerciales y tienditas las que continúan siendo la fuente más socorrida para los habitantes del lugar.

Lo mismo ocurre con los tianguis, que desde muy temprana hora colocaron los armazones de sus puestos, aunque no todos parecieron haber sido ocupados, por obvias razones.

“Después de todo, la gente no deja de vivir. Tiene que comer y seguir adelante con sus cosas”, comenta uno de los vendedores que se dispone a levantar su puesto de frutas y verduras.

Cargando...
Load next