Señaló que el miércoles pasado hizo un recorrido en el que participó la Dirección General de Obras Públicas de la Secretaría para tratar el tema de la Fuente de Petróleos, y el acuerdo al que se llegó fue revisar esa parte.
“Es más de operación que de obra, estamos en pláticas con el director general del Metrobús, Guillermo Calderón, para revisar las opciones que hay y hacer el ajuste que requiera el proyecto, si es que así procediera, pero desde luego que podría mejorarse”, aseveró.
Entrevistado en el marco de la presentación del jurado calificador del Premio de Ingeniería de la Ciudad de México 2017, descartó que la línea corra el riesgo de ser objeto de algún juicio, e indicó que se atiende a los grupos vecinales de la zona por la que va a pasar, pues Reforma es la avenida más importante del país.
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“La Línea 7, como cualquier otra de las obras del gobierno de la ciudad, cuenta con los permisos que una construcción de este tamaño requiere; en particular en el caso de Reforma, la avenida más importante no sólo de la ciudad, sino del país, hemos trabajado de la mano con el Instituto Nacional de Antropología e Historia”, expuso sobre la construcción del nuevo corredor de transporte, cuyo avance es de 37 por ciento.
“La obra sigue caminando para entregarse el mes de octubre, como nos comprometimos”, precisó Tungüí Rodríguez.
Expuso que la llegada de la Línea 7 del Metrobús sacará de circulación a casi 200 camiones de Paseo de la Reforma, que se sustituirán por 90 autobuses de tecnología Euro VI, los primeros de ese tipo en dar servicio en la Ciudad de México.
Estos nuevos autobuses permitirán reducir anualmente 19,000 toneladas de gases contaminantes, lo que podrían captar 56 mil árboles; además de que cada uno puede transportar 130 pasajeros, que si se trasladaran en automóviles requerirían de 108 unidades.