Con vehículos de gasolina y de nueva energía, la mayoría de los servicios para compartir coche cobran cientos de dólares en depósitos reembolsables cuando los usuarios introducen su número de identidad y permiso de conducir en el proceso de registro.
Después de usar el servicio de coche compartido de una compañía local en Chongqing, una mujer de apellido Zhang dijo: "creo que es muy cómodo usar este servicio y no es muy caro, ya que sólo me gasté 99 yuanes (14 dólares) para conducir un coche de este tipo durante un día".
Los conductores de los coches compartidos pagan principalmente según el tiempo y la distancia del viaje. Por la misma distancia y tiempo, los usuarios pagan menos por un coche compartido que por un taxi, dijo Fu Cong, de Yidu, un proveedor de servicios de coches compartidos en Beijing.
A diferencia de Zhang, algunos usuarios se quejaron de que no es tan conveniente, ya que deben recoger los coches en los puntos designados y devolverlos en determinadas plazas de aparcamiento.
En algunos lugares los usuarios no tienen que pagar por el estacionamiento, pero cuando un coche está aparcado en aparcamientos públicos el siguiente cliente que alquila el vehículo tiene que pagar la tarifa para poder sacar el vehículo del estacionamiento.
Uno de los retos de los servicios de coches compartidos es no tener suficientes coches para satisfacer la demanda.
En la fase inicial de desarrollo, los servicios de coches compartidos eran limitados con un alto coste de operación debido a los precios de vehículos, lugares de estacionamiento y gastos de mantenimiento.
Muchos usuarios se quejaban de que no podían acceder a los coches cuando los necesitan.
Otra preocupación planteada fue que a medida que más y más coches compartidos sean accesibles, el tráfico de las ciudades empeorará aún más.
Sin embargo, algunos expertos opinan que los coches compartidos no afectan al tráfico debido a que más gente preferirá un coche compartido a comprar uno privado, especialmente teniendo en cuenta la política de restricción de vehículos adoptada en Beijing.
A pesar de las dificultades iniciales, los servicios de coches compartidos tienen muchos seguidores.