En su informe Panorama Laboral 2016 de América Latina y el Caribe, divulgado en la capital peruana, el organismo precisó que existe un “deterioro en la calidad del trabajo por el aumento de la informalidad y el trabajo por cuenta propia”.
Indicó que la tasa de desocupación regional de 8.1 por ciento es la más alta en una década, y supera en 1.5 puntos porcentuales la de 2015, “en un contexto de contracción económica que también ha afectado la calidad de los empleos”.
El incremento interanual de la tasa de desocupación implicó que cinco millones de personas se incorporaran a las filas del desempleo.
El director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar, dijo en la presentación del texto que “el panorama laboral de la región empeoró en el 2016: hay un aumento abrupto de la desocupación, está creciendo la informalidad y bajó la calidad del empleo”.
Añadió que, “aunque hay importantes diferencias entre países y subregiones, en promedio para la región, este es el peor año en una década, tanto en términos de crecimiento económico como en tasa de desempleo. La contracción económica redujo la generación de empleo”.
Calificó como “sumamente preocupante” el aumento de casi tres puntos porcentuales que dejó la tasa promedio de desempleo juvenil, la cual llegó a 18.3 por ciento, la tasa más alta en una década.
Consignó que la región enfrenta los retos de “dar respuestas de corto plazo para mitigar los impactos sociales y laborales negativos de la desaceleración y retornar a una senda de crecimiento”.
Asimismo, requiere “tomar acciones para enfrentar los problemas estructurales de baja productividad y de falta de diversificación productiva”.
El reporte de la OIT agregó que existe preocupación porque, si se cumplen las proyecciones de “crecimiento lento” para 2017, el desempleo aumentará también el próximo año y llegará a 8.4 por ciento.
El especialista regional en empleo de la OIT, Juan Chacaltana, señaló: “estimamos que en este momento hay unos 134 millones de trabajadores empleados en condiciones de informalidad, un fenómeno persistente en nuestra región que plantea un desafío de grandes dimensiones para los hacedores de políticas”.