El organismo señaló que es difícil exagerar la importancia del éxito alcanzado y la trascendencia de lo que significa, con los ocho contratos para el desarrollo de proyectos petroleros en aguas profundas, en los que participarán 12 empresas de relevancia mundial, procedentes de nueve países y de México.
Agregó que más del 70 por ciento de las compañías que ganaron los contratos proceden de Asia, Oceanía y Europa, además de que participaron tres de las principales corporaciones petroleras de Estados Unidos, lo que ratifica el interés y la confianza para invertir en México a nivel internacional.
La licitación confirma la pertinencia y amplia proyección de la reforma energética completada en 2013, como palanca de renovación del sector energético mexicano y motor de crecimiento, debido a que los contratos asignados pueden derivar en inversiones por más de 41,000 millones de dólares en un lapso de 35 años, aseveró.
“Hacemos extensivo el reconocimiento a las empresas que se adjudicaron los contratos, por su confianza en México y, en particular, en la industria petrolera, las nuevas instituciones del sector y en Petróleos Mexicano”, subrayó.
Resaltó que con estos proyectos en marcha, la empresa productiva del Estado puede seguir con su reestructuración financiera y apuntalamiento corporativo, sin menoscabo de la prioridad de que el país incremente sus reservas y producción de hidrocarburos, pues es precisamente uno de los objetivos estratégicos de la reforma energética.
El CCE informó en un comunicado que la cuarta licitación es un hito en la historia de la industria petrolera mexicana, porque también genera el primer contrato de asociación estratégica de Pemex con una empresa internacional (BHP Billiton), compartiendo riesgos y capacidades para exploración y extracción de hidrocarburos en aguas profundas en el bloque Trion.
Todo esto, asentó, implica grandes oportunidades en materia de transferencia de tecnología y el desarrollo de encadenamientos productivos en los que debemos hacer lo necesario para que se inserten empresas mexicanas, incluyendo pequeñas y medianas empresas que puedan conformar redes de abasto de insumos, productos y servicios, en el camino para crear una industria energética mexicana competitiva y que esté a la altura de los retos del Siglo XXI.