Los líderes del G7 se reunirán a partir del próximo jueves 26 en la prefectura de Mie, en el centro de Japón, para celebrar su tradicional cumbre de dos días centrada en formas de impulsar una acción coordinada hacia el fomento del crecimiento económico mundial.
La cumbre ocurre en medio de una creciente incertidumbre en la economía mundial ligada a la desaceleración de las economías emergentes, que había sido el principal motor del crecimiento global.
Aunado al impacto de la caída de los precios del petróleo por la negativa de los países productores de reducir la producción de crudo, así como la posible salida de Reino Unido de la Unión Europea, de ganar el Sí en el próximo referéndum del 23 de junio.
"Con los riesgos y la vulnerabilidad de la economía mundial en aumento, nos gustaría emitir un mensaje claro y potente de que el G-7 puede tomar la iniciativa para lograr un crecimiento sostenible y robusto de la economíal", señaló en fecha reciente el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Estados Unidos y la Unión Europea también tratarán de mostrar una respuesta unificada a la crisis de refugiados en Siria, la situación en Ucrania, la evasión de impuestos, y Corea del Norte, reportó la agencia japonesa de noticias Kyodo.
Dada la desaceleración, por ejemplo, en la economía china, cuya tasa de crecimiento fue la más baja en los últimos siete años en el trimestre enero-marzo de 2016, el G7 podría acordar una acción fiscal coordinada para estimular la economía global.
Sin embargo, dada la resistencia de Alemania a los llamados de Japón y Estados Unidos para impulsar estímulos fiscales, los líderes del G7 podrían establecerse sólo un compromiso en la materia.
"El espacio fiscal y la situación económica varían en cada país. La clave es si cada país puede comprometerse a avanzar en la estrategia de crecimiento y reformas estructurales para lograr un crecimiento de alta calidad", señaló el Instituto de Investigación Mitsubishi
El centro de estudios con sede en Tokio, señaló que "teniendo en cuenta la situación económica y fiscal de cada país, el estímulo fiscal debería limitarse a la investigación y el desarrollo, la inversión en infraestructura y otras áreas que contribuyan a una mayor productividad".
La cumbre de Ise-Shima se produce cuando Beijing intensifica la construcción de una isla y la militarización de los puestos de avanzada en el Mar del Sur de China, en un intento de hacer valer las reclamaciones territoriales en aguas en disputa.
Japón espera que el G7 se pronuncie por la importancia de cumplir con las decisiones de los tribunales basados en el derecho internacional.
En lo que será la primera cumbre del G7 en Asia en los últimos ocho años, los líderes sostendrán una reunión con sus pares de Indonesia, Laos, Vietnam y otros cuatro países que no pertenecen al grupo.
Japón, que ocupa la presidencia de turno del G7, ha elegido Sendai como escenario de esta cumbre para mostrar sus esfuerzos de cara a reconstruir esta región arrasada y su experiencia en materia de preparación para desastres naturales.