En la declaración conjunta al término de dos días de reunión en la central ciudad japonesa de Toyama, instaron a respetar el Acuerdo de París sobre el calentamiento global adoptado el año pasado.
También se comprometieron a tener un papel destacado para que se aplique lo más rápido posible el nuevo acuerdo climático y emprender acciones ambiciosas para utilizar los recursos de manera eficiente, como el reciclaje de residuos.
Llaman a adelantar el calendario de presentación de las estrategias de largo plazo contra el cambio climático antes de la fecha límite de 2020, reportó la agencia japonesa de noticias Kyodo.
La ministra japonesa de Medio Ambiente, Tamayo Marukawa, que presidió la reunión, destacó en conferencia de prensa que las acciones del G7 enviarán un mensaje al resto de las naciones para que tomen medidas similares.
El encuentro en Toyama forma parte de las reuniones ministeriales previas a la celebración de la Cumbre del G7 que se celebrará los próximos 26 y 27 de mayo en el parque natural de Ise-Shima (centro).
La cita de Toytama fue la primera reunión de ministros de Medio Ambiente del G7, luego que cerca de 200 naciones acordaron en París, en diciembre pasado, crear un marco que involucra a todos los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque acogen con satisfacción el hecho de que más de 170 países ya han firmado el acuerdo, los miembros del G7 expresaron su determinación de "mostrar liderazgo mediante la aplicación temprana y constante" de las promesas para reducir las emisiones contaminantes.
Todos los miembros del G7, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Estados Unidos y la Unión Europea - han firmado el acuerdo de París, así como China, el mayor emisor del mundo.
En cuanto a otros aspectos medioambientales, se adoptó una serie de medidas bajo el denominado "marco de Toyama sobre los ciclos de materiales" para promocionar un uso eficiente de los recursos.
El acuerdo también hace hincapié en la necesidad de reducir el desperdicio de comida, que según datos de la ONU, un tercio de los alimentos producidos terminan pudriéndose en los contenedores de consumidores y minoristas.
Se insta a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita para 2030 y también se propone reciclar la comida que no se haya consumido para producir bioenergía.