El reporte de KPMG International, red de firmas multidisciplinarias que proveen servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría, fue respondido por 659 directivos de diversas áreas relacionadas con cumplimiento en 64 países alrededor del mundo, incluyendo a México; y en esta edición muestra claramente que las compañías se están enfrentando a estos retos, pero que aún hay mucho por hacer en aras de crear una robusta estructura de cumplimiento en materia de antisoborno y corrupción.
“A pesar de los grandes esfuerzos por construir un marco antisoborno y corrupción, es claro que aún existen brechas”, dice Shelley Hayes, socia líder del área Forensic de KPMG en México. “El problema es particularmente grave en el manejo de los terceros relacionados, quienes han incrementado su actuación como canales para conducir los sobornos, lo que dificulta la tarea de rastreo. Los directivos admiten que este es el reto más grande, pero que ellos no están haciendo lo suficiente por desarrollar una cultura de cumplimento entre sus empleados, proveedores y otros socios de negocio”.
México en la estadística
En el mismo sentido que la encuesta global, para las compañías mexicanas uno de los principales retos es la administración de terceros, la información sobre aquellos que proveen bienes y prestan servicios a la organización. A nivel global, 34 por ciento de las compañías admitieron no tener un proceso formal para identificar a los terceros de alto riesgo. En el caso de México, 55 por ciento de los encuestados admitieron no identificar a los terceros de alto riesgo y 23 por ciento no sabe cuáles son esos terceros.
El reto local es aún mayor, ya que sólo 48 por ciento de las compañías encuestadas en México cuenta con un programa formal de antisoborno y corrupción por escrito. Por otra parte, uno de los procesos clave en la identificación de terceros de alto riesgo es el proceso de alta de proveedores. Solo 32% de las compañías mexicanas encuestadas tienen un proceso formal de alta, mientras que a nivel global, el nivel es de 57 por ciento.
Judith Galván, socia del área Forensic, especialista en Antisoborno y Corrupción de KPMG en México profundiza sobre la situación local que: “Las compañías en México utilizan sistemas de información sofisticados para procesar las transacciones, sin embargo solo 10 por ciento utiliza Data & Analytics (D&A, procesamiento analítico de datos) para identificar violaciones potenciales. A nivel mundial la estadística no es mucho más alta, ya que solo 25 por ciento de los directivos utiliza esta herramienta. La tendencia global se encamina hacia la utilización de dichas herramientas, ya que proveen un gran costo-beneficio y permiten el monitoreo continuo”.
Principales hallazgos
La globalización ha entrado en una nueva fase que plantea enormes retos en el cumplimiento de regulaciones en materia de antisoborno y corrupción. Los principales resultados de la encuesta incluyen:
- Existe un fuerte incremento en la proporción de encuestados que dijo ser altamente desafiado por temas de antisoborno y corrupción en comparación con 2011 (en Estados Unidos y Reino Unido la proporción de encuestados subió 50 por ciento).
- La gestión de terceros relacionados representa el mayor reto en términos de manejar los programas de antisoborno y corrupción, colocando en primer lugar a la auditoría de terceros en el cumplimiento y en tercer lugar, la conducción de procesos de due diligence.
- Más de una tercera parte de los encuestados (34 por ciento) no ha identificado formalmente a aquellos de alto riesgo. De esta muestra, más de la mitad (56 por ciento) cuenta con el derecho de auditoría sobre sus terceros, sin embargo en su mayoría no lo ejerce.
- 60 por ciento de las empresas indicó que las actividades de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) son parte de su estrategia de crecimiento, pero el negocio global se queda corto al considerar los riesgos en antisoborno y corrupción. Muchos no están conscientes de las consecuencias de fallar en la identificación de estos riesgos en ese proceso.
- Los encuestados hacen gran hincapié en la falta de recursos para manejar los riesgos en materia de antisoborno y corrupción, colocando este tema en el cuarto lugar del listado de los principales retos que enfrentan.
- Una evaluación de inicio a fin de los riesgos ayudaría a las empresas a establecer prioridades, pero los ejecutivos admiten que una evaluación de estos riesgos es uno de los principales retos de sus empresas.
- D&A es una herramienta importante y efectiva desde el punto de vista de costo en la evaluación de controles antisoborno y corrupción. Aun así, solo una cuarta parte de los encuestados (25 por ciento) la usa para identificar las violaciones. De esta muestra, 42 por ciento monitorea de forma continua estos datos para descubrir potenciales violaciones .
“A pesar de mejores controles y rigurosas políticas de antisoborno y corrupción, las compañías siguen fallando en cumplir regulaciones más estrictas y, en consecuencia, son fuertemente multadas”, agrega Shelley Hayes.
“Mucho se ha dicho sobre el ‘énfasis en la alta dirección’ y aun así, continuamente vemos áreas de oportunidad en los mandos medios y en los niveles que le reportan a la alta gerencia, lo que nos lleva a concluir que no hay suficiente “énfasis en los mandos medios’. Las compañías pueden tener un programa antisoborno y corrupción perfecto y aun así quedarse cortas si no mejoran la manera en la que hacen negocios”, concluye Shelley Hayes, socia líder del área Forensic de KPMG en México.