No te olvides las gafas de sol
Un sencillo hábito que generará un gran alivio para proteger los ojos del lagrimeo y los molestos picores es conducir con gafas de sol, sobre todo, porque las personas con alergia son mucho más sensibles a la luz. Hasta que la primavera pase, serán unas buenas aliadas incluso en los días menos soleados.
Evita circular al amanecer y al atardecer
No está de más que estés atento a los niveles de polen en el aire a través de la app Alergo Alarm, desarrollada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC), por si puedes planificar tus desplazamientos cuando estén más bajos. En este sentido es importante que, en la medida de los posible, evites coger el coche al atardecer o al amanecer, que es cuando hay mayor concentración de polen.
Las ventanillas, bien cerradas
Es mejor que circules con las ventanillas bien cerradas para evitar que entren partículas en el interior del coche y, muy importante, que extremes la limpieza, sobre todo, si tienes mascotas y viajan habitualmente contigo. Utilizando aspiradoras con filtros de agua, dejarás las moquetas y tapicerías sin rastro de ácaros ni polen.
Vigila los filtros del aire acondicionado
Cuando actives el aire acondicionado, hazlo en modo recirculación. Este sistema impide tomar aire del exterior y, en primavera, es fundamental para que el polen no entre en el habitáculo. Cuidado también con el filtro del aire. Asegúrate de instalar, si no lo tienes, uno especial para pólenes, lo que se conoce como filtro HEPA (High Efficiency Particle Arrester). Además, es conveniente que lo lleves en buen estado, es decir, que lo cambies una vez al año o cada 30,000 kilómetros.
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