Casi 8,300 bidones de petróleo acaban en el mar del Norte anualmente debido a la extracción de petróleo, informó hoy Greenpeace. A esto hay que sumarle la contaminación que cada año se produce de la mano de cientos de accidentes con petróleo y sustancias químicas, agregaron en un informe.
Greenpeace alertó también de la falta de control en las numerosas instalaciones situadas en el mar. Los responsables de estas plataformas son los encargados de avisar de los accidentes. De los más de cien accidentes oficiales al año, sólo unos pocos son penados con multas que apenas llegan hasta los 30,000 euros, explicaron.
Los biólogos marinos y expertos de Greenpeace Christian Bussau y Jörg Feddern reclamaron multas más duras y un mayor control de las cerca de 750 instalaciones de energía en el Mar del Norte. Poco a poco muchas de estas plataformas se han cerrado para trasladarlas a otro lado.
"La industria petrolífera se muda dirección al norte, dirección al Ártico", advirtió Feddern. "Allí el ecosistema es aún mucho más delicado".