La Unión Europea (UE) sospecha que Gazprom entorpeció de forma ilegal la libre competencia en Bulgaria, la República Checa, Estonia, Hungria, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia.
Algunos grandes clientes de Gazprom sólo tenían permitido vender una parte del gas comprado a otros países, con lo que, según la UE, Gazprom pudo imponer precios más elevados en cinco países. Además, la compañía rusa condicionó el suministro de gas a Bulgaria y Polonia a la inversión de estos países en uno de sus gasoductos.
Con esas prácticas, Gazprom quería lograr el monopolio en muchos de los países del Este de Europa, afirmó la Comisión. "El gas es una importante materia prima para la vida diaría (...) Por eso es muy importante salvaguardar la libre competencia en el mercado europeo del gas", señaló la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
"Todas las compañías que operan en el mercado europeo, sin importar si son europeas o no, tienen que seguir nuestras reglas", agregó la comisaria. "Si nuestras sospechas se confirman, Gazprom tendría que enfrentarse a las consecuencias legales de su comportamiento", advirtió.
El año pasado Gazprom tuvo una facturación de 3.99 billones de rublos (unos 69,400 millones de euros / 74,750 millones de dólares), por lo que la multa de la UE podría ser de hasta 6,900 millones de euros.
La empresa tiene ahora 12 semanas para responder a las acusaciones de la Comisión, que llegan tras más de dos años de investigaciones. La compañía ya rechazó hoy mismo los cargos, alegando que carecen de toda base, y aseguró que cumple estrictamente con la legislación internacional.
"El trabajo del grupo Gazprom en el mercado de la UE, incluidos los principios de establecimiento de precios, están en línea con los estándares que utilizan otros productores y exportadores de gas", afirmó la compañía.
La Comisión Europea investiga las prácticas de la gasista rusa desde 2012. En negociaciones previas la compañía se mostró dispuesta a hacer concesiones, pero su propuesta no fue suficiente para la UE. Después, las negociaciones se interrumpieron debido a las tensiones entre Bruselas y Moscú por el conflicto ucraniano.
Los acuerdos sobre precios o condiciones que dañen a los usuarios o clientes están totalmente prohibidos en la UE.
En septiembre de 2011, en el marco de una gran operación, funcionarios de la UE registraron las oficinas de compañías gasistas en varios países comunitarios. Según la prensa, los investigadores registraron entonces también a las alemanas RWE y Eon Ruhrgas por los contratos de suministro de sus filiales en Europa Central y Oriental. Se supone que el pasado Gazprom impuso condiciones problemáticas a los contratos en esos países.
Muchos países de la UE tienen una fuerte dependencia energética del gas ruso y en ese punto hay tensiones entre Bruselas y Moscú.