Las propuestas del Eurogrupo (los ministros de Finanzas del euro) son "una pérdida de tiempo, por eso no puede haber ningún acuerdo bajo esas circunstancias", citó la televisión griega a fuentes del gobierno.
Los ministros de la zona euro, reunidos hoy en Bruselas, comenzaron el encuentro rodeados por un ambiente de pesimismo.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se había mostrado hoy "muy escéptico" antes del comienzo de la reunión en la que se buscaba destrabar un acuerdo en torno a la deuda griega y a las ayudas europeas necesarias para que Atenas evite la bancarrota. "Por lo visto el gobierno griego no se movió nada", comentó Schäuble, apuntando que él no era el único que no tiene claro que es lo que quiere el gobierno de mayoría izquierdista de Grecia.
Para el gobierno alemán, la pelota está en el terreno de los griegos. Si no hubiera tiempo para cumplir con las condiciones del programa del rescate griego, podría pensarse qué hacer, apuntó Schäuble. "Pero como el gobierno griego no quiere ningún programa, no tengo que pensar sobre ninguna opción", agregó el poderoso ministro alemán.
En entrevistas previas a la reunión del Eurogrupo, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, reiteró que su gobierno no quiere nuevos créditos. "Lo que necesitamos es tiempo para poner en práctica nuestros planes de reforma (...) Y Grecia será otro país en seis meses", dijo en declaraciones al semanario alemán Stern.
"En mi opinión (...) el tiempo no ha solucionado hasta ahora ningún problema", dijo el ministro de Finanzas austriaco, Jörg Schelling. El ministro español del ramo, Luís de Guindos, dejó claro por su parte la postura del gobierno de Madrid en contra de una quita a la deuda griega. "Para nosotros hay una línea roja que no se puede pasar y es que los préstamos hay que devolverlos en su integridad, ese es un tema importantísimo que yo creo que está aceptado por prácticamente todos", afirmó De Guindos.
Durante el viernes y el sábado hubo conversaciones a nivel de expertos en Atenas, indicó la Comisión, en las que sobre todo se buscaron los puntos en común dentro de las disensiones. "Fue un intercambio de opiniones, no una negociación", se indicó. En las conversaciones participaron miembros del gobierno griego y de los países acreedores de la Unión Europea, así como del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Central Europeo (BCE).
El gobierno de Tsipras quiere poner fin a las políticas de austeridad impuestas durante la crisis a Grecia por la troika de acreedores a cambio de ayudas por 240.000 millones de euros.
El nuevo Ejecutivo heleno rechaza ampliar el actual rescate, que concluye a finales de mes, pero los analistas creen que Atenas podría tener problemas de financiación si no se amplían las ayudas. Muchos griegos ya han sacado su dinero de los bancos del país ante la incertidumbre por la situación financiera.