El bajo precio del combustible anima el mercado en Detroit

El bajo precio del combustible anima el mercado en Detroit

El bajo precio de la gasolina ha animado el ambiente en la industria del automóvil. En el Salón de Detroit, que comenzó esta semana y es el primero del año, los fabricantes compiten por ofrecer las mejores noticias: el segmento de clase alta se beneficia del buen nivel de la principal economía del mundo y los vehículos más potentes como SUVs, pick-ups y modelos de lujo se aprovechan del reducido precio de los combustibles.

"Aunque el asunto del combustible en Estados Unidos tiene menos importancia que en Europa, el efecto del precio del petróleo reforzará la predilección por los vehículos de mayor tamaño", afirma Stefan Bratzel, experto en el sector, en el marco del North American International Auto Show de Detroit.

Su colega Ferdinand Dudenhöffer refuerza: "El combustible barato aumenta la demanda de los autos que consumen más, los preferidos de siempre en Estados Unidos. Los vehículos eficientes son aburridos para la mayoría de clientes en Estados Unidos. Se compra lo que divierte".

Después de que hace sólo unos días el vehículo del futuro, con visiones como la del coche autónomo, centrara la feria de electrónica CES de Las Vegas, la industria en Detroit mira de nuevo a lo que importa: vender coches.

Y el Salón muestra claramente que la caída en el precio del combustible beneficia claramente la venta de los modelos más grandes o más deportivos al mismo tiempo que ahoga a los vehículos eléctricos, ya bajo fuerte presión.

"Debido al bajo precio de la gasolina, será muy difícil poder vender corriente eléctrica", dice la analista estadounidense Michelle Krebs, de la plataforma AutoTrader. El litro de gasolina en 2014 costó de media 87 céntimos de dólar; en enero de 2015, 57, según Dudenhöffer.

Eso no es una buena noticia para los motores alternativos, en los que las firmas invierten muchos millones. En Detroit, General Motors presenta los nuevos vehículos eléctricos Volt y Bolt. Akshay Anand, de la firma de asesoría estadounidense KBB, afirma que aunque el Volt es una de las principales novedades del Salón, su anuncio llega a deshora: "La economía, debido al bajo precio del combustible, es cada vez menos importante para el consumidor".

El ambiente no puede ser más cálido en la fría ciudad estadounidense. "La economía estadounidense y las ventas de automóviles crecen desde 2009 y aún vemos mucho potencial de crecimiento en la industria automovilística", dice Mary Barra, presidenta de General Motors, el mayor fabricante de Estados Unidos.

Barra está convencida de que la reciente caída de los precios del petróleo y el aumento de los salarios deberían reforzar aún más el ánimo de compra de los clientes.

En el actual festival de ventas hay claros ganadores: más de uno de cada dos vehículos vendidos en Estados Unidos es una pick-up o un SUV. Y guiado por la fuerte caída del combustible -desde el verano (boreal) se ha reducido a la mitad- incluso el famoso y poderoso Hummer podría protagonizar un fulgurante retorno al mercado de vehículos usados.

Desde Europa se aprovecha este ambiente para apostar por los SUVs deportivos como el Opel Mokka, el BMW X5, el Volkswagen Touareg, el Porsche Cayenne o el nuevo Audi Q7, presentado en Detroit. Aunque ninguno de estos pesados vehículos son los derrochadores de combustible que eran en el pasado, la resistencia al viento de un SUV es por supuesto mayor que la de una limusina. "Los bajos precios del combustible hacen que no haya motivo actualmente para pensárselo dos veces", afirma el experto Bratzel.

Al ver los pesos pesados y vehículos de lujo de Detroit, uno se pregunta si el "crash" del petróleo y los bajos intereses han llevado a estas preferencias, mal vistas desde el punto de vista medioambiental. "Este movimiento en el mercado ya había comenzado antes", afirma la analista Krebs. "La caída del precio de la gasolina en los últimos meses es sólo la guinda del pastel", agrega.

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