Según el Sindicato de Metalúrgicos de la región industrial del ABC, en el estado de Sao Paulo, el movimiento demanda que se dé marcha atrás en los despidos y el respeto al acuerdo firmado en 2012, por el cual la empresa se comprometió a no dictar despidos hasta 2016.
Hasta ahora, la empresa administraba la caída de producción mediante la concesión de vacaciones colectivas o la suspensión temporal de los contratos de trabajo.
Un portavoz de Volkswagen, Renato Arciatto, afirmó a dpa que el acuerdo fue negociado en base a expectativas de una expansión del mercado para la industria automovilística, lo que no se confirmó.
"Las ventas de la industria cayeron más del siete por ciento el año pasado frente a 2013, las exportaciones disminuyeron en un 40 por ciento y la producción se redujo en alrededor del 15 por ciento", informó.
Según Arciatto, ante este nuevo panorama la empresa buscó negociar con el Sindicato de Metalúrgicos una modificación en los términos del acuerdo, pero la propuesta acordada fue rechazada por los trabajadores. "Ante este panorama, la empresa tuvo que adoptar otras medidas, entre ellas el cese de los 800 empleados", indicó.
El Sindicato de Metalúrgicos, sin embargo, asegura que el acuerdo de 2012 sigue vigente y por esto afirma que las actividades en la fábrica seguirán paralizadas hasta que Volkswagen dé marcha atrás con los despidos masivos de empleados.
Según la entidad, la huelga fue decidida en una asamblea realizada en la mañana de este martes, que reunió a 7,000 de los 13,000 empleados de la planta de Anchieta. Los huelguistas permanecen en las dependencias de la fábrica, pero no trabajan.
Los despidos confirmados hoy por Volkswagen ratifican la situación negativa que enfrenta el sector automotor, considerado como la "locomotora" de la industria brasileña, y que, según el sindicato de metalúrgicos, también resultó en el cese de 244 empleados de la fábrica brasileña de Mercedes Benz.
Datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) revelan que en los 11 primeros meses del año pasado han sido eliminados 10,800 puestos de trabajo en la industria, que en noviembre pasado empleaba a unas 146,000 personas.
En un informe divulgado hoy, la Federación de los Distribuidores de Vehículos Automotores (Fenabrave) indicó que a lo largo del año pasado el número de vehículos comercializados en Brasil se redujo en un 7.15 por ciento, lo que supuso la caída más acentuada de los últimos 12 años.
Según la entidad, a lo largo del año pasado fueron comercializados 3.5 millones de unidades de automóviles, pese a los incentivos fiscales concedidos por el gobierno para estimular el sector y que han sido suspendidos a partir del 1 de enero.
Fenabrave prevé que la retirada de los estímulos, que se reflejará en un aumento promedio del 4.5 por ciento en los precios de los vehículos, impedirá una recuperación de las ventas en 2015.
"La tendencia es hacia la baja", afirmó el vicepresidente de Ford América del Sur, Rogerio Golfarb, quien aseguró, sin embargo, que la industria automovilística apoya el fin de los incentivos dictado por el gobierno en el marco de las medidas de ajuste fiscal que se intensificarán a lo largo de este año.
"Para una industria que realiza pesadas inversiones a largo plazo, la solidez macroeconómica es fundamental", expresó el ejecutivo en declaraciones a la agencia de noticias Estado.