Tras la reunión celebrada antes del inicio mañana lunes de la cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), las dos partes firmaron hoy una declaración de intenciones que fija las condiciones para el suministro de gas a través de una ruta por el oeste que une las reservas rusas en Siberia occidental con China, a partir de 2019, informó la agencia de noticias rusa Itar-Tass.
El acuerdo contempla suministros anuales de 30,000 metros cúbicos de gas durante 30 años. Para hacerlo posible será necesario construir un nuevo gasoducto.
Según medios locales, los dos países firmaron un total de 17 documentos sobre cooperación en el sector del gas natural, entre ellos un memorándum de entendimiento mutuo entre la compañía estatal rusa Gazprom, la mayor extractora de gas natural del mundo, y el grupo chino CNOOC.
Los dos países prometieron además expandir su apoyo y cooperación mutua pese a los "cambios en el escenario internacional", según la agencia rusa.
"Sean cuales sean los cambios en la situación internacional, debemos seguir la línea elegida, expandir y desarrollar la cooperación mutua beneficiosa para ambos", dijo el líder chino. Putin señaló por su parte que la cooperación bilateral es "extremadamente importante".
El acuerdo de suministro se suma al ratificado en mayo para entregar más de 38,000 millones de metros cúbicos anuales durante 30 años por unos 40,000 millones de dólares, a través de una ruta oriental.
"A medio plazo" los suministros a China podrían ser mayores que a Europa, dijo el presidente de Gazprom, Alexei Miller.
El nuevo negocio podría reducir la dependencia de Rusia del mercado europeo, que también se sirve de las reservas de Siberia occidental, en el marco de las tensiones por el conflicto ucraniano y las sanciones occidentales contra Rusia. Desde entonces los lazos con China se han estrechado.
Según Itar-Tass, durante la cumbre habrá un "breve contacto" entre Putin y el primer ministro australiano, Tony Abbott, anfitrión de la cumbre del G20 que se celebra la próxima semana en Brisbane. Las relaciones entre Rusia y Australia son tensas tras el derribo del vuelo MH17 en el este de Ucrania el pasado julio, en el que murieron las 298 personas que viajaban a bordo, entre ellos 38 australianos y residentes en Australia.