Tasas bajas durante años: el BCE compra tiempo a la política

Tasas bajas durante años: el BCE compra tiempo a la política

El Banco Central Europeo (BCE) sacó toda su artillería: el dinero es tan barato como nunca antes y el arruinado sistema bancario vuelve a recibir miles de millones, pero a pesar de ello las cosas no parecen cambiar al ritmo deseado. El problema prevalece, aunque se ha logrado "comprar tiempo" a la política.

Con un paquete anti-crisis sin parangón, el presidente del BCE, Mario Draghi, mantiene la economía europea en funcionamiento y no se espera el anuncio de nuevas medidas en la reunión mensual de mañana jueves en Fráncfort. El temor de un colapso de la eurozona se ha superado y ahora los políticos exigen "más flexibilidad" para reducir la gigantesca montaña de deuda estatal.

Antes de la cumbre de la Unión Europea (UE) de la pasada semana en Bruselas, los socialdemócratas europeos pidieron más tiempo para reducir sus déficits como contrapartida a las reformas que tienen que llevar a cabo. A pesar de que durante la reunión los jefes de Estado y de gobierno de la UE acordaron no modificar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, afirmaron que la flexibilidad será utilizada "mucho mejor".

Se decidirá caso por caso la flexibilidad que permite el pacto. "Podemos decir que la flexibilidad que tenemos es suficiente para garantizar estabilidad y crecimiento al mismo tiempo", indicó la canciller alemana, Angela Merkel.

"Si un país emprende en serio las reformas estructurales tiene derecho a una amplia flexibilidad", aseguró por su parte el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

"El crecimiento y el trabajo tendrán prioridad", indicó el presidente francés, François Hollande. De esta manera, todos se mostraron de acuerdo en dar más margen de maniobra para lograr crecimiento.

Las últimas elecciones europeas, en las que los euroescépticos registraron un gran apoyo popular, reflejaron que la gente está cansada de la estricta política de austeridad y de las elevadas tasas de desempleo.

Sin embargo, el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, salió en defensa de mantenerse firmes a la hora de cumplir las reglas. "La engañosa tranquilidad en los mercados financieros conlleva el peligro de que olvidemos de nuevo las lecciones que sacamos de la crisis de cara a los presupuestos públicos", alertó en un escrito publicado en el diario Süddeutsche Zeitung.

"No se puede sostener ningún crecimiento económico duradero sobre una montaña de deuda pública y privada", agregó antes de participar en la reunión del BCE de mañana.

Antes de la histórica reunión del pasado mes del BCE, el director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), Jaime Caruana, indicó en una entrevista con el diario alemán Börse Zeitung que en un momento en el que los bancos centrales intentan "ayudar y comprar tiempo", la política no debería aprovecharlo para "recostarse". "Si la política monetaria permanece muy laxa durante largo tiempo, se suaviza la presión reformista", alertó en el diario económico alemán Handelsblatt.

"Después de siete años, la gran crisis financiera sigue proyectando una larga sombra sobre la economía mundial", afirmó el domingo en la Asamblea General Anual del BPI en la ciudad suiza de Basilea.

En esta reunión señaló asimismo una serie de retos como "conseguir que los mercados financieros dependan menos de la política monetaria" y "hacer frente a los efectos secundarios de la política monetaria a escala internacional".

También Draghi es consciente de que lo único que ha conseguido el BCE es sólo comprar tiempo. En la pasada reunión llevó a cabo un nuevo recorte de la principal tasa hasta el 0.15 por ciento, impuso una tasa negativa de depósito de -0.10 por ciento y aprobó una nueva barra libre de liquidez de hasta 400,000 millones de euros para reactivar la concesión de créditos y la coyuntura económica.

Este programa vence en cuatro años. "Esto quiere decir que los tipos de interés permanecerán bajos durante un largo periodo de tiempo", indicó recientemente el italiano al diario holandés De Telegraaf. "Hemos prolongado el acceso ilimitado de los bancos a la liquidez hasta finales de 2016. Esto es una señal", agregó Draghi.

Sin embargo, la montaña de deuda estatal acumulada durante años no desaparece de la noche a la mañana. El BCE no puede solucionar este problema que llevó a la eurozona al borde del colapso.

"La economía sólo consigue ganar velocidad a través de un elevado crecimiento crediticio. Sin embargo, con ello crecen los riesgos en el sistema bancario", criticaron Eugen Keller y Sebastian Sachs del banco Metzler.

Los críticos alertan de que la política monetaria del BCE induce a los bancos y a los Estados a la negligencia. "Las artificiales tasas bajas inducen a los países endeudados a crear aún más deuda", advirtió el presidente del instituto económico alemán Ifo, Hans-Werner Sinn, en el diario Handelsblatt.

Draghi es consciente del problema y recuerda a los gobiernos regularmente la necesidad de continuar con sus avances al mismo tiempo y no dejar de lado las necesarias reformas. Sin embargo, siempre deja claro que el BCE no es responsable de la forma en que los políticos utilicen el tiempo que el BCE les ha "comprado".

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