En Navistar el proceso para acceder a los beneficios del programa es 75 por ciento más rápido que otras opciones, ya que éste dura sólo dos semanas, siempre que el transportista cumpla con todos los requisitos. En otras compañías el proceso llega a durar hasta dos meses.
“Apoyamos el programa de Chatarrización porque sabemos que la renovación del parque vehicular reduce el impacto en el medio ambiente y eleva la seguridad de las comunidades donde opera el autotransporte”, comentó Carlos Pardo, director general de Navistar México.
Para comunicar este programa, Navistar lanza la campaña “Renovando a México” que refuerza el compromiso de Navistar con el país, la industria, los clientes y el medio ambiente, ofreciéndoles alternativas para hacerse de los camiones con la más alta tecnología, apoyados por los estímulos que otorga el gobierno vía el programa de Chatarrización.
El programa de Chatarrización nace de la necesidad de renovar/modernizar las unidades obsoletas que circulan en el territorio mexicano con el objetivo de que los transportistas sean mas competitivos y productivos. Tiene como propósito facilitar a los transportistas de carga y pasaje, la renovación y modernización de sus vehículos mediante un estimulo fiscal que ofrece el gobierno federal, y que se traduce como parte de un enganche o en una reducción en los pagos que se realizan por la nueva unidad.
Se crea en 2003 con la participación de los productores de vehículos pesados en México, otros actores involucrados del sector y el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
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Los requisitos básicos para ser beneficiario del programa son:
- Haber prestado el servicio de autotransporte federal de carga o pasaje, cuando menos 12 meses inmediatos anteriores a la fecha de entrada en vigor del Decreto de Modernización (DOF 30 octubre de 2003) y el plazo trascurrido desde esa fecha.
- Copia de la tarjeta de circulación.
- Copia del pasaporte o credencial de elector.
- Documento en que conste el peso bruto vehicular o copia del ticket de báscula.
- Factura endosada en propiedad o un comprobante expedido por el adquiriente ya sea factura, carta de porte o cualquier otro análogo ó, en el caso de vehículos de procedencia extranjera, el pedimento de importación del vehículo de que se trate.
- Certificado de registro definitivo o certificado de registro federal de vehículos, según sea el caso.
- Constancia de regularización.
- Factura del Fideicomiso Liquidador de Instituciones y Organizaciones Auxiliares de Crédito (FIDELIQ).
- En el caso de vehículos a los que se les han sido incorporadas autopartes importadas, la factura y el pedimento de importación de las partes incorporadas.