Desde el aire, por medio de seis aviones y un helicóptero, y por tierra, con decenas de brigadistas y camiones hidrantes, los trabajos fueron retomados esta mañana en las instalaciones de Cerro Divisadero con la intención de que el fuego, que se inició hace dos días, no avance sobre otras áreas vecinas.
"El humo es lo que más está afectando", explicó Cristian Alcalá, secretario de Ambiente de Malargüe, la localidad en la que está localizada la planta, a 400 kilómetros al sur de la capital mendocina y a más de 1,000 de Buenos Aires.
El funcionario, según citó el diario local Los Andes, sostuvo que el humo se expandió por acción del viento y que, debido a su toxicidad, debieron ser evacuados los habitantes vecinos a la planta y se dispuso el corte de la Ruta Nacional 40 para el tránsito de vehículos.
La explosión de un tanque de almacenamiento de petróleo, ocurrida el viernes, afectó al resto de la planta, que quedó destruida completamente, según informó YPF.
El siniestro, además, provocó heridas leves a 14 personas, cinco de las cuales se recuperaban en hospitales de la región.
En abril de 2013, durante un fuerte temporal de lluvia, YPF había sufrido un incidente similar en la planta de refinamiento ubicada en la localidad de Ensenada, 50 kilómetros al sur de Buenos Aires.