El siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 sigue en coma y en estado crítico, pero los cientos de periodistas que "acamparon" en Grenoble ya no están. Desde que la mujer de Schumacher, Corinna, exigiera el 7 de enero a los reporteros que se marcharan -"Es importante para mí que le quiten presión a los médicos y al hospital para que puedan trabajar con tranquilidad"-, la normalidad invadió Grenoble.
"Era difícil trabajar bien", señaló una enfermera de la clínica a la página web 20minutes.fr recordando la gran afluencia de medios en el hospital desde que el 29 de diciembre ingresara Schumacher tras un grave accidente de esquí.
El último parte médico sobre el estado de salud de Schumacher es del 6 de enero, tres días después de su 45 cumpleaños.
"El estado de Schumacher es estable y está siendo continuamente supervisado. Los médicos responsables quieren subrayar que no dejarán de definir la situación de Michael como crítica", señalaron aquel día los doctores.
Esa noche, la mánager del ex piloto, Sabine Kehm, no quiso confirmar que la vida de Schumacher estaba fuera de peligro, algo que habían asegurado algunos medios alemanes.
Desde el principio del tratamiento, tanto Kehm como los doctores anunciaron que sólo hablarían del estado de salud del legendario piloto en caso de que hubiera grandes cambios. También señalaron en varias oportunidades que no darán detalles sobre futuras pruebas u operaciones.
El objetivo era desalojar la clínica de periodistas y curiosos, así como proteger la privacidad del paciente y la familia.
Schumacher sufrió un grave accidente el 29 de diciembre mientras esquiaba fuera de pista en la estación de Méribel, en los Alpes franceses. El alemán perdió el equilibrio y su cabeza chocó violentamente contra una roca. Todo apunta a una cadena trágica de circunstancias, tal y como señaló Kehm apenas dos días después de la caída.
El casco le salvó la vida -aseguraron los médicos-, pero el ex piloto sufrió un traumatismo craneoencefálico severo a pesar de esquiar a una velocidad moderada, según dedujeron los investigadores.
El interés por la vida de Schumacher en los primeros días fue impresionante: amigos y antiguos compañeros del mundo de la Fórmula 1 viajaron a Grenoble para intentar dar fuerzas al alemán y a su familia. Otros, como el dueño de los derechos comerciales de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, se mantuvieron informados vía telefónica.
Nadie se atreve a afirmar ahora cuándo saldrá Schumacher del coma. Hablar de cómo podría salir es un tema todavía más tabú. Lo único que es seguro, es que la calma y la tranquilidad regresaron a Grenoble.