Bernanke deberá responder a las preguntas de los legisladores en un complejo contexto económico que, según algunos analistas, podría animar a la Fed a considerar nuevos estímulos a la economía.
En las últimas reuniones, el banco central estadounidense ha reiterado que la política monetaria expansiva en marcha es la "apropiada" dado el panorama económico.
Los tipos de interés de referencia en Estados Unidos llevan por debajo del 0.25 por ciento desde finales de 2008, y la Fed ha anunciado su intención de dejar los tipos de interés a niveles excepcionalmente bajos al menos hasta final de 2014.
Los mercados observan con detenimiento la posición de la Fed ante la posibilidad de una nueva ronda de inyección de liquidez para respaldar el tímido crecimiento económico, algo que Bernanke ha descartado por el momento.
La pasada semana se conocía que la economía estadounidense se desaceleró en el primer trimestre, al crecer a un ritmo anual del 1.9 por ciento, por debajo del 2.2 por ciento estimado; y que la tasa de desempleo subió una décima, hasta el 8.2 por ciento, el primer incremento en once meses.
Ante esta situación de frágil recuperación, algunos miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed han señalado que deben evaluarse nuevas medidas monetarias.
En este sentido, se expresó hoy martes el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart, considerado de los gobernadores "centristas" de la Fed, durante una conferencia en Florida.
"Si se confirma que algo parecido a mi escenario de base, de continuado aunque modesto crecimiento, ya no es realista, deberían ser consideradas mayores acciones monetarias para apoyar la recuperación, ciertamente", afirmó Lochart.
La próxima reunión de la Fed está prevista para el 19 y 20 de junio, y en ella se analizará de nuevo la política monetaria de Estados Unidos.
Sin embargo, y tal y como han apuntado algunos analistas, la Fed se encuentra en un momento políticamente delicado a apenas cinco meses de las elecciones presidenciales en las que se disputarán la Casa Blanca el actual presidente, el demócrata Barack Obama, y el republicano, Mitt Romney.
En estas circunstancias, y con los problemas económicos de fondo, cualquier decisión por parte de Bernanke es más que probable que sea interpretada en términos electoralistas.