Del dinamismo de este comercio, por efecto de la crisis, da una idea el hecho de que las ventas de usados han supuesto un crecimiento de 3.4 por ciento en 2011, frente al descenso del 17.7 por ciento de los nuevos.
La proporción de 2.1 usados transferidos por cada turismo nuevo es la proporción más favorable a favor de aquellos de la historia y se ha situado cuatro décimas por encima del registro de 2010.
La fuente informante apunta como peculiaridad del mercado de usados en la actual coyuntura el protagonismo de las operaciones entre particulares, que representan ya el 57.7 por ciento del total, si bien en este último año se rebajaron en ocho décimas.
Las compras a profesionales, que se resentían en años pasados por la crisis, recuperaron terreno y aumentaron un 2.8 por ciento en 2011, impulsadas por una oferta de seminuevos más amplia y atractiva gracias a la automatriculaciones y la renovación de contratos por parte de alquiladoras y compañías de renting.
El mercado de usados está ampliamente dominado por los particulares, que acapararon el 83.2 por ciento de las compras totales en 2011, con un crecimiento del 1.5 por ciento respecto al año anterior.
Este dato también contrasta con el canal de particulares en el mercado de nuevos que, en el conjunto de 2011, retrocedió un 33.6 por ciento y sólo representó el 48 por ciento de las ventas.
Este contraste es analizado por Ganvam como un claro desplazamiento del usuario hacia el coche usado ante factores económicos como el ahorro basado la desconfianza acerca de la evolución de la economía y las dificultades que encuentra en el acceso al crédito al consumo.
En esa línea se explica que los usados de más de diez años hayan incrementado su peso sobre el total del mercado de automóviles usados en tres puntos porcentuales, alcanzando una cuota del 44 por ciento y llegando a un aumento de sus ventas del 11.8 por ciento en el año recién terminado.
Por contra, los llamados seminuevos, de menos de tres años de antigüedad, reducen su cuota en el último años del 17 al 16 por ciento y reducen sus ventas un 3.3 por ciento interanual; de 3-5 años, la cuota también baja un punto (del 14 al 13 por ciento) y las ventas retroceden el 2 por ciento, el mismo porcentaje que el tramo de antigüedad de 5-10 años, que alcanzan una cuota del 27 por ciento (el 28 por ciento en 2010).