En Ford de México llevamos 100 años haciéndolo. Desde 1925, cuando se instaló la primera planta automotriz en San Lázaro, hemos ayudado a crear nuevas posibilidades, a redibujar horizontes y a imaginar lo que parecía imposible.
Y si algo hemos aprendido en este siglo de historia, es que las mamás mexicanas también nacieron para eso. Son las que derriban obstáculos para sus hijos, las que trazan rutas nuevas para sus familias, aun cuando nadie antes se atrevió a recorrerlas y las que se convierten en guía cuando la vida se pone cuesta arriba.
Porque una mamá no solo lleva a su familia en el auto, lleva su historia, sus miedos, sus decisiones y al mismo tiempo, lleva el futuro. Una mamá abre camino desde que amanece, porque suele resolver antes que nadie, puede intuir lo que viene, y aun así mantener la calma.
Hay mamás que lo hacen con una Ford Escape híbrida, equilibrando distancias y tiempos. Otras, al volante de una Ford Bronco Sport, se salen del camino convencional y enseñan que la maternidad también es aventura y espontaneidad. Algunas eligen una SUV como Ford Territory, donde la tecnología se adapta a su estilo de vida multifacético de madre.
Algunas también tienen alma de pick-up resistente, capaz de soportar cualquier carga y de salir victoriosa ante cualquier desafío. Y cuando toca adaptarse, adopta la versatilidad y amplitud de nuestras SUV para llevar lo esencial con comodidad y seguridad.
Sea cual sea el volante que elija, todas las madres conducen su día a día con los mismos valores que definen nuestro ADN: valentía, fuerza y determinación.
Hoy, desde Ford de México, queremos reconocer a las mamás que muchas veces han tenido que abrir camino donde nadie más se atrevió. Que han combinado el deber con el amor, la incertidumbre con la firmeza, el cansancio con la convicción de no detenerse.
Este 10 de mayo, celebramos a las mamás que nacieron para abrir camino. Y les decimos, con toda la fuerza de nuestra historia: “Gracias por inspirarnos a lograr lo inimaginable, gracias por abrir camino.”