"La rebaja refleja los crecientes riesgos para el perfil del crédito soberano de Japón, como resultado de los elevados y crecientes ratios de deuda pública", señala la agencia en un comunicado.
Según Fitch, el plan de consolidación fiscal de la tercera economía mundial parece lento incluso en comparación con otro países con retos fiscales y rentas altas, "y su aplicación está sujeta a riesgos políticos".
La agencia aseguró que se espera que la deuda pública nipona alcance el 239 por ciento del PIB a finales de 2012, "con mucho, la mayor" de las evaluadas por Fitch, y con un ratio de deuda que significaría un aumento de 61 puntos porcentuales desde que estallara la crisis económica mundial.
Japón cuenta con la mayor deuda pública del mundo industrializado y su economía se vio afectada en 2011 por el terremoto, tsunami y crisis nuclear iniciada en marzo y la persistente apreciación del yen, que ha perjudicado seriamente a las empresas exportadoras niponas al recortar su competitividad en el exterior.
Según Fitch, el endeudamiento neto del país sigue creciendo con fuerza y, a pesar de que el gobierno contempla un incremento gradual del impuesto sobre el consumo del 5 al 10 por ciento para 2015, su estrategia es "muy controvertida políticamente" y está "sujeta a riesgos políticos" al contar con la negativa de la oposición.
El aumento fiscal pretende sanear las cuentas públicas y cubrir los costos cada vez mayores de la seguridad social de Japón, país que cuenta con una de las sociedades más envejecidas del mundo.
A pesar de todo, Fitch señala en el comunicado que Japón mantiene una "excepcional flexibilidad financiera y puede financiarse con bajos rendimientos nominales", lo que supone un respaldo a su calificación.
Además, según la agencia el yen sigue mostrando características de ser una divisa "refugio".
En mayo de 2011, Fitch rebajó la perspectiva de la calificación crediticia de la deuda de Japón a "negativa" desde "estable", y advirtió del "creciente endeudamiento del gobierno".
En ese momento la agencia recordó la exorbitante deuda pública del país y recalcó que los riesgos de las finanzas públicas niponas por los costos de la gestión de la crisis en la central nuclear de Fukushima Daiichi.