Un nuevo informe del Banco Mundial (BM) indicó que si bien la mayoría de los países del área tienen condiciones macroeconómicas más sólidas debido a cambios de políticas adoptados ante las crisis de las últimas décadas, no se puede decir lo mismo de sus relaciones comerciales.
Según el reporte “América Latina y el ascenso del sur”, a medida que la economía global ha cambiado de manera irreversible, los países de la región han sido capaces de poderse ajustar a los choques económicos asociados, tanto comerciales como financieros.
Sin embargo, indicó que el proceso de ajuste se ha visto condicionado por las estructuras que la región presenta en estos dos frentes y esto se ha visto reflejado en los patrones de cambio estructural.
Apuntó que en la región han surgido desafíos importantes debido a que los cambios parecieron no haber mejorado las perspectivas de crecimiento económico de largo plazo en la región.
Señaló que las prioridades de las políticas económicas en la región han evolucionado en respuesta a los cambios globales que han exacerbado ciertas dificultades de larga data en la región, como su dependencia en las materias primas minerales y sus tasas de ahorro comparativamente bajas.
El Banco Mundial consideró que por tanto es probable que en la región se intensifique el debate sobre las prioridades de las políticas públicas en el contexto de un nuevo panorama “y que tenga como punto central la agenda de crecimiento”.
Augusto de la Torre, economista en jefe del banco para América Latina y el Caribe, dijo que si bien el último gran ciclo de bonanza tuvo positivas implicaciones para la región, este no fue aprovechado de manera intensa por los países de la región.
De la Torre dijo en entrevista que a diferencia de lo que se ve en otros países, particularmente en Asia, los de América Latina y el Caribe no supieron aplicar los beneficios de está bonanza para mejorar sus relaciones comerciales, de inversión directa extranjera y aprendizaje.
“Uno de los grandes mensajes del reporte es que para crecer no sólo importa tener comercio internacional, no sólo importa recibir inversión directa extranjera, para crecer importa cuanto aprendes y cuanto puedes desarrollar tu capacidad tecnológica a través del intercambio comercial y de la inversión directa extranjera”.
De la Torre indicó igualmente que el reporte encontró que la región no ha sabido incorporarse manera plena a las cadenas globales de valor como lo hacen las naciones asiáticas, debido a que el grueso de sus exportaciones son materias primas o se insertan en la fase final de las cadenas de maquila.
“Su habilidad para insertarse en la economía global ya no puede depender sólo de sus materias primas y va a tener que depender del desarrollo de una fuerza laboral altamente capacitada”, explicó.
El reporte ofreció, a los responsables de las políticas en la región, tres recomendaciones orientadas a mejorar el capital humano y la infraestructura, así como la capacidad tecnológica y el clima de negocios.
Por un lado estimó que es necesario dotar de mayor flexibilidad económica al mercado laboral de manera que se puedan alentar a los sectores más productivos.
Propuso igualmente que, a partir de la experiencia de otras regiones, los países busquen mejorar sus relaciones comerciales con miras a una efectiva integración comercial y financiera, así como elevar los niveles de ahorro para diversificar el comercio y hacer a sus mercados más competitivos.