“Los mercados están atentos al tercer programa de apoyo a Pemex a ser anunciado en la primera quincena de abril, después de que los dos previos no resultaron suficientes dada la delicada situación de la empresa y una política energética equivocada”, argumentó.
La institución financiera apuntó que el contenido del tercer programa de apoyo ya ha sido esbozado: alrededor de 7,000 millones de dólares para así evitar que Pemex deba salir al mercado este año a refinanciar los vencimientos que tiene, pero el punto es dónde saldrían esos recursos.
Sostuvo que todo apoyo a Pemex sin cambios estructurales (incluyendo la reactivación de los farm-outs y la suspensión de la nueva refinería para usar esos recursos en producción) implica un debilitamiento de las finanzas públicas generales.
Advirtió que así es, pues se usarían los Fondos de Estabilización para ese apoyo, con lo que se debilitaría así un seguro con el que cuenta el gobierno federal ante situaciones adversas y, de hecho, ello requerirá cambios legales en el Congreso, los cuales sin duda serán aprobados.
“En el terreno contable, el citado apoyo implica usar activos (el citado fondo) para pagar pasivos de Pemex. Con ello la deuda total del sector público bajará y la deuda neta permanecerá constante… y la vulnerabilidad de largo plazo aumentará”, estimó.
En su publicación “Examen de la situación económica de México” al primer trimestre de este año, la institución financiera apuntó que uno de los riesgos para la economía mexicana es el de las finanzas públicas y la frágil situación fundamental y financiera de Pemex.
En la parte de las finanzas públicas ha sido bienvenido el mensaje de disciplina fiscal del gobierno, dado que el margen de maniobra, por la elevada deuda pública, es estrecho, y hay riesgos ligados a los nuevos programas de gasto social e infraestructura del gobierno.
No obstante, continuó, el panorama no luce sencillo, la desaceleración económica puede llevar a menores ingresos fiscales a lo largo de este año y en el corto plazo el tema de Pemex imprime una presión mayor a las finanzas públicas.
De acuerdo con Citibanamex, diversos analistas, calificadoras de deuda y los propios precios de la deuda de Pemex han alertado sobre su frágil situación financiera, que aunque heredada de la pasada administración federal ha sido profundizada en los últimos meses.
Ello, explicó, por la eliminación de las rondas petroleras, la indefinición sobre las alianzas estratégicas de Pemex con el sector privado para invertir en campos concesionados al primero (los llamados farm-outs).
Asimismo, la ausencia de inversiones significativas en producción y exploración (el aumento en la inversión de Pemex tuvo un componente fundamental para el proyecto de nueva refinería, el cual ha sido criticado por varias y justas razones) y la fragil administración de Pemex (incluida la pérdida de fuerza del Consejo de Administración).
En ese contexto, el gobierno federal ha presentado ya dos programas de apoyo a Pemex que fueron, con razón, considerados insuficientes, y se espera que presente un tercero en las próximas semanas, añadió el análisis.