Las perspectivas son un poco más moderadas con respecto al ejercicio anterior, donde estos países lograron un crecimiento del 6.3 por ciento, debido al retroceso global y la gradual desaceleración de China, apunta el organismo internacional en un comunicado.
Según el BM, los países en desarrollo de Asia Oriental y el Pacífico superaron relativamente bien el periodo de volatilidad de los mercados financieros de 2018, por sus políticas efectivas, economías diversificadas y tipos de cambio flexibles, entre otros factores.
Conforme a los datos, China -la principal potencia de la zona- tendrá un crecimiento del 6.2 por ciento el presente año y el siguiente.
El crecimiento en las economías más pequeñas tiene prospecciones favorables, señala el ente que cita como ejemplos a Laos y Mongolia, a raíz de sus inversiones en proyectos de infraestructura; y Birmania, por sus reformas estructurales y política fiscal expansionista.
"El crecimiento constante de la región debería reducir aún más la pobreza, que ya se encuentra en mínimos históricos. Y para 2021 se espera que la extrema pobreza quede por debajo del 3 por ciento (de la población)", señala Victoria Kwakwa, vicepresidenta del BM para la región de Asia Oriental y el Pacífico.
Kwakwa también alerta del riesgo que supone para la región la inseguridad económica de 500 millones de personas.
"Si bien las perspectivas económicas continúan siendo positivas, es importante reconocer que la región sigue enfrentándose a fuertes presiones que comenzaron en 2018 y podrían suponer un impacto adverso", señala Andrew Mason, director interino de Economía del BM para la citada región.
Entre los retos, Mason cita "factores de incertidumbre" como una desaceleración de China más rápida de lo previsto, una moderación de las economías mas avanzadas o las tensiones comerciales no resueltas.
El BM aporta una serie de medidas de respuesta a corto y medio plazo contra estos escenarios desfavorecedores como incrementar la productividad e incentivar la competitividad, además de crear un entorno que favorezca las inversiones del sector privado.
El informe excluye a los países de la región considerados desarrollados como Japón, Corea de Sur, Australia, Nueva Zelanda y Singapur.