La FIA reconoció que la pasada temporada existieron sospechas de que los motores de Ferrari no respetaban las limitaciones reglamentarias, un extremo que la marca italiana negó.
Esas sospechas se referían, en concreto, al grupo propulsor empleado por la escudería en la segunda parte de la temporada, que les hizo obtener una mayor velocidad punta en recta, muy visible durante las calificaciones.
Pese a que no quedó satisfecha con las explicaciones aportadas por la escudería italiana, la FIA optó por cerrar el caso con un acuerdo "efectivo y disuasorio".
La máxima instancia del automovilismo aseguró que el acuerdo se firmó al considerar que lanzar nuevas investigaciones no necesariamente desembocarían en una conclusión definitiva por la "complejidad" del caso, y "la imposibilidad material de proporcionar la evidencia inequívoca de una violación".
"Para evitar las consecuencias negativas que conllevaría un litigio prolongando, cuyo resultado es incierto, y para dañar lo menos posible al Mundial y a sus partes, la FIA (...) alcanzó un acuerdo de solución efectiva y disuasoria con Ferrari para cerrar el proceso", indicó la instancia en un comunicado.
Agregó que este tipo de pactos está reconocido en su sistema disciplinario, aunque señaló que sus términos están cubiertos por la confidencialidad.
"La FIA tomará las medidas necesarias para proteger la reputación de su deporte y su papel de regulador del Mundial", concluyó.
La reacción se produce un día después de que siete escuderías que no corren con motor Ferrari criticaran el cierre de la investigación sin sanciones para la marca italiana y amenazaran con recurrir a los tribunales competentes para "obtener reparación".
Al tiempo, pidieron "una divulgación completa y adecuada" del asunto para estar seguros de que todos los competidores son tratados de forma igualitaria.
Las escuderías que se quejaron fueron McLaren, Mercedes-Benz, Racing Point, Red Bull, Renault Sport, Scuderia Alpha Tauri y Williams.