Pese a la baja en la comparación anual, la producción de vehículos, camionetas, camiones y autobuses aumentó un 6.5 por ciento frente a enero, cuando fueron fabricadas 191,386 unidades, según informó la Asociación Nacional de Vehículos Automotores (Anfavea).
Según el informe de Anfavea, la industria automotriz en Brasil alcanzó 395,928 unidades producidas en el acumulado del año, lo que representa una caída de un 13.4 por ciento con respecto al mismo periodo de 2019, cuando fueron contabilizados 457,084 vehículos fabricados.
El sector todavía se recupera a pasos lentos de la dura recesión económica que golpeó Brasil en 2015 y 2016, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) perdió alrededor de siete puntos porcentuales.
Además, el resultado negativo fue nuevamente impactado por la fuerte caída de las exportaciones, atribuida a los disturbios sociales en países vecinos, como Chile y Colombia, y a la crisis económica que azota a Argentina, el principal socio comercial de Brasil en Sudamérica.
Según Anfavea, hasta 2018, Argentina representaba el 75 por ciento de las exportaciones de vehículos brasileños, mientras que actualmente responde por alrededor del 50 por ciento.
En datos absolutos, el gigante sudamericano envió al exterior 37,677 vehículos en febrero, una caída de un 7 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado.
En el primer bimestre de este año, fueron exportadas 58,226 unidades, lo que representa una retracción del 11.2 por ciento frente a lo registrado en el mismo periodo de 2019.
La patronal informó además que el sector automotriz brasileño empleó un total de 125,989 personas en febrero, lo que supone un 3.8 por ciento de trabajadores menos respecto al mismo periodo de 2019, pero un 0.1 por ciento más con relación a enero.
La industria automotriz brasileña se vio fuertemente golpeada por la recesión sufrida entre 2015 y 2016, cuyos efectos aún perduran.
En 2019, Brasil encadenó su tercer año consecutivo al alza al cerrar el año pasado con un crecimiento de un modesto 1.1 por ciento, dos décimas menos con respecto a los dos años anteriores, cuando su PIB se expandió un 1.3 por ciento, tanto en 2017 como en 2018.
El resultado, el primero con el gobierno de Jair Bolsonaro en el poder, refleja una leve desaceleración de la mayor economía de Sudamérica y es el peor en los últimos tres años, aunque está dentro de lo esperado por el mercado.