Iniciada el viernes, la medida involucra a algunos modelos Eclipse Cross, Outlander y ASX fabricados entre el 9 de noviembre de 2017 y el 30 de agosto de 2019, según una declaración publicada en la página web de la administración.
Debido a que los impulsores centrales de la bomba de los vehículos afectados fueron fabricados con materiales de baja densidad, las bombas de gasolina no logran funcionar normalmente ni suministrar el combustible correctamente a los motores. En casos extremos, los motores pueden pararse cuando los vehículos están en marcha, lo que provoca riesgos de seguridad.
El fabricante automotriz prometió sustituir de forma libre de gastos las piezas defectuosas de los vehículos retirados, de acuerdo con la declaración.
Fuente: Xinhua.