Venezuela ingresó al Mercosur en 2012 aprovechando la suspensión temporal de Paraguay, tras la destitución del presidente Fernando Lugo y ahora sale del grupo sureño alegando un “golpe de Estado” de la llamada “triple alianza”.
Venezuela aseguró que había asimilado a su legislación 95 por ciento de las normas del Mercosur, pero los gobiernos de los países fundadores replicaron que no había asumido normas económicas y políticas relacionadas con el respeto a los derechos humanos.
El martes pasado, a unas horas de que venciera el plazo impuesto por los socios del Mercosur para que asimilara las normas, la canciller venezolana Delcy Rodríguez envió una carta a sus colegas expresando que estaba en disposición de adherirse al acuerdo de complementación económica 18, clave para los convenios comerciales.
Por su lado, Asunción hizo énfasis en el aspecto político relacionado con el respeto de los derechos humanos.
Según la Secretaría del Mercosur, a partir de 2012 Venezuela debió incorporar mil 227 normas aprobadas en el grupo, aunque 68 de ellas no requerían de adhesión obligatoria.
De las normas restantes, el gobierno de Caracas incorporó a su legislación 931 disposiciones comerciales. Sin embargo, advirtió que quería negociar 117 restantes, alegando incompatibilidad con su legislación interna.
A su vez, Paraguay denunció que Venezuela no había incorporado el acuerdo de complementación económica 18, que rige algunos de los negocios del bloque en correspondencia con normas de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).
Los acuerdos son de difícil incorporación, ya que en Venezuela rige un control cambiario desde 2003, lo que dificulta algunas operaciones de intercambio.
Asimismo, el gobierno paraguayo del presidente Horacio Cartes reclamó a Venezuela la incorporación del Protocolo de Derechos Humanos del Mercosur, un tema que no ha sido mencionado por Caracas.
La crisis en el bloque agrega un nuevo episodio a la crisis política venezolana, en la que la oposición exige una salida electoral como mecanismo para resolver la crisis económica, la liberación de políticos presos y el respeto a la autonomía de la Asamblea Nacional (congreso unicameral).
Las diferencias de Venezuela con sus socios se agudizaron tras la victoria del presidente Mauricio Macri en Argentina y el ascenso al poder del gobernante Michel Temer en Brasil, tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
La crisis en el bloque de integración sureño, creado en 1991, se profundizó este viernes, cuando Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay decidieron cesar los derechos de Venezuela como Estado parte.
Un comunicado difundido en Buenos Aires informó que “se analizó el estado de cumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela, constatándose el estado de incumplimiento”.
A Venezuela le correspondía este semestre la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, pero Argentina, Brasil y Paraguay la desconocieron y decidieron ejercerla de manera colegiada.
Fuentes del gobierno de Uruguay señalaron que Venezuela tiene derecho a recurrir al Tribunal de Controversias del Mercosur para apelar la suspensión aplicada.