"No van a aplicarse medidas coercitivas. Nada por la fuerza, todo por la razón. Este plan es de aplicación voluntaria", dijo en rueda de prensa después de que su gabinete presentara las medidas graduales para reactivar las actividades económica y sociales del país.
Según este plan, México reabrirá su industria automotriz, minera y de la construcción el próximo 18 de mayo y a partir del 1 de junio comenzará un levantamiento gradual de las medidas para frenar la pandemia dependiendo de la situación sanitaria de cada estado.
Sin embargo, el presidente explicó que "si hay una autoridad municipal o estatal que, de acuerdo a las características propias de cada región decide que no, no habrá controversia; no vamos a pelearnos ni a apostar a la separación".
"El plan ha sido consensuado en lo general, pero también admite la discrepancia y el derecho a disentir", puntualizó.
Además, recordó que todas las medidas que se han aplicado en el país para combatir la pandemia hasta la fecha no han sido coercitivas y se han basado en que México "tiene un pueblo mayor de edad, responsable y muy consciente".
El gobierno de México cerró en abril y mayo las actividades económicas no esenciales, aunque no concretó sanciones para las empresas que abrieran.
Asimismo, exhortó a la población a quedarse en casa, si bien la cuarentena no es obligatoria para no afectar a los millones de personas que viven del comercio informal.
El próximo 18 de mayo se prevé la reapertura de algunas industrias y de 269 municipios que no tienen casos del COVID-19 y que no colindan con municipios con contagios.
A partir del 1 de junio, se activará un semáforo de cuatro niveles que cada semana determinará el grado de reapertura económica y social en cada uno de los 32 estados que conforman el país.
Para López Obrador esta es una transición a la "nueva normalidad", ya que se abrirá "una etapa nueva, con otros procedimientos, con otros métodos, con otras actitudes, con otros comportamientos", dijo en la víspera.