La compañía se encuentra en la etapa de desarrollo de la llamada tecnología Shake, (en inglés Structural Health and Knock Emission), que refiere a la salud estructural y la emisión de golpes, y se emplea en el campo de la conducción asistida, entre otras instancias.
La compañía le ha añadido otras funciones de seguridad y confort al sensor. No solamente detecta cualquier daño a la hora de estacionar el vehículo (mediante la detección inteligente de daños, Intelligent Damage Detection) y protege al peatón (con detección adaptada del impacto, Adaptive Impact Detection), sino que también y con base en tacto (Smart Touch Detection), detona escenarios personalizados. Hella inició el desarrollo de las series para un fabricante de equipo original nivel premium a finales de 2016. El arranque de la producción en serie del sensor está previsto para 2018.
La tecnología Shake complementa los sistemas de asistencia y seguridad actuales del vehículo, al permitirle no solamente ‘ver’ su entorno (mediante sistemas de cámaras y radares), sino que también ‘sentirlo’ y por lo tanto abarca ese ámbito invisible entre todos los sistemas de asistencia al conductor dentro de las inmediaciones del auto. Con este propósito, el sensor detecta sonidos generados estructuralmente por el vehículo, como también vibraciones generadas por algún contacto o golpe, por medio de lámina piezoeléctrica. El sensor analiza estos sonidos o vibraciones e inicia las acciones correspondientes. Actualmente el sensor Shake permite hasta tres funciones en un sistema de sensor. Gracias al principio modular del sistema, los fabricantes tienen la opción de seleccionar una o incluso todas las funciones disponibles.
Para brindar al conductor conveniencia individual y funciones de seguridad, Hella desarrolló la función Smart Touch Detection. Por ejemplo, el usuario puede iniciar la función de estacionamiento autónomo, con tan sólo acercar su mano y tocar el vehículo.
Otro tema importante en cuanto a seguridad vial es el caso de la conducción automática. Para la función de detección adaptada del impacto, Adaptive Impact Detection, se instalan dos sensores en las fascias delantera o trasera del vehículo. Las fascias delanteras detectan sonidos transmitidos por la estructura y emitidos hasta por el toque más ligero, ya sea de autos o peatones en la defensa del vehículo, a una velocidad de hasta 20 km/h. Los sensores activan inmediatamente una señal que hace que el auto se detenga de inmediato y así evite daños mayores. De la misma forma, los sensores traseros detectan el contacto con cualquier obstrucción durante el proceso de estacionamiento asistido y activan una parada de emergencia antes de que se llegue a producir cualquier daño grave.
Es muy molesto cuando suceden daños por estacionar el auto – cualquier golpe, rayón, marca o daño en la pintura, todos son un dolor de cabeza para un auto en perfectas condiciones. En aquellos casos de nuevas soluciones de movilidad, como por ejemplo, con los autos en la modalidad compartida, es complicado saber dónde y cuándo se dieron los hechos, o quién es responsable de los mismos, especialmente siendo que a menudo cambia el propietario. La función de detección inteligente de daños, Intelligent Damage Detection, justamente sirve para abordar esta situación. Los sensores de la tecnología Shake en todo el vehículo inmediatamente detectan la gravedad del problema, así como el lugar y la hora del daño. Gracias a que cada vez se cuenta con mayor conectividad, también resulta posible que los propietarios de vehículos y compañías de movilidad reciban reportes de daños, hasta incluso grabaciones en dispositivos móviles.