"Este lugar es especial", dice con entusiasmo la historiadora Andrea Frydlova. "Aquí los visitantes no sólo pueden experimentar la vida y la importancia de Ferdinand Porsche, sino también la fuerza innovadora que tenía esta región a finales del siglo XIX". La dirección de este 'lugar especial' es Tanvaldska 38, Vratislavice nad Nisou. Hace 143 años formaba parte de la calle principal de Maffersdorf. En ella estaba la residencia y el taller anexo del maestro del metal Anton Porsche y su esposa Anna. Allí vino al mundo Ferdinand, tercero de cinco hijos, el 3 de septiembre de 1875.
Hoy la propiedad vuelve a tener casi el mismo aspecto que entonces: una meticulosa valla, un patio pavimentado, un jardín delantero muy bien mantenido y la casa y el taller en medio. "La reconstrucción y renovación de la propiedad fue compleja y larga... pero el resultado ha sido magnífico", dice Frydlova. Esta historiadora de arte es directora del museo Skoda en Mlada Boleslav, a solo 50 kilómetros, y al mismo tiempo dirige la casa natal de Ferdinand Porsche, abierta al público el año pasado. Esta fue adquirida en 2011 por el fabricante checo de automóviles Skoda, que se ocupó de darle el aspecto que ahora tiene. La casa natal de Porsche y el museo Skoda forman ahora un tándem que vela por la tradición en el norte de Bohemia. Una entrada combinada permite visitar ambas exposiciones.
"La exposición en la casa natal de Ferdinand Porsche está dividida en tres áreas: espíritu ingeniero, movilidad y familia", dice Frydlova. Esta exposición está enmarcada en la región, que a finales del siglo XIX era un centro industrial y, como tal, el entorno ideal para un joven ávido por aprender y con ganas de experimentar como lo era Ferdinand Porsche. Además, muestra la influencia que los diseños e inventos de Porsche ejercen hasta hoy en el mundo de la automoción.
Cada visitante recibe un iPad en la entrada con el que puede emprender un viaje de descubrimiento guiado por sus propios intereses. En cada pieza de la exposición hay un pequeño símbolo que puede ser escaneado con la tableta. Así el visitante tiene acceso a una gran cantidad de información adicional, fotos y vídeos, de manera que puede decidir por sí mismo hasta dónde quiere profundizar en cada tema. Con solo deslizar el dedo por la pantalla, el visitante se sumerge en la efervescente juventud de Ferdinand Porsche, que albergaba planes muy distintos a los que su padre tenía para él. Inicialmente era su hermano mayor, Anton Porsche, quien debía hacerse cargo del negocio de trabajo del metal, pero falleció en 1888 en un accidente en el taller. Como consecuencia, Ferdinand Porsche ocupó el puesto de sucesor a la cabeza de la empresa. Tras ocho años de escuela, en 1889 empezó una formación de aprendiz en el negocio paterno.
Pero mucho más que los tubos y las tuercas, a este joven de 14 años le interesaba la electricidad. Por eso visitaba siempre que podía la fábrica de hilatura mecánica Ginzkey, situada tan solo un par de calles más allá. Por aquel entonces, Ginzkey era la empresa más grande de Maffersdorf y su fama se extendía mucho más allá de las fronteras de Bohemia. En ella trabajaban unos 250 telares mecánicos que fabricaban sobre todo mantas y alfombras. Años más tarde, en la década de 1920, fue tejida allí la alfombra más grande del mundo de aquel entonces para el hotel Waldorf Astoria, de Nueva York.
Ferdinand Porsche estaba tan fascinado con la ultramoderna instalación eléctrica de esta fábrica que a escondidas empezó a experimentar en casa con electricidad. Entre otras cosas equipó sus patines de hielo con unas luces que llamaban mucho la atención en el lago cercano que se congelaba en invierno. Sin embargo, su padre Anton no comprendía semejante afán innovador y le prohibió hacer experimentos con la electricidad.
Su madre, Anna Porsche, era de otro parecer. Mostraba comprensión por la sed de conocimiento de su hijo y convenció a su marido para que por lo menos le dejara al hijo asistir a los cursos nocturnos de electrotecnia de la Academia Profesional Imperial y Real, en la cercana localidad de Reichenberg, hoy Liberec. Ferdinand Porsche aprovechó esta oportunidad y pronto el padre habría de sentirse muy orgulloso de su hijo: en 1893, Ferdinand Porsche instaló luz eléctrica y un timbre eléctrico en la casa de sus padres, que se convirtió así en el segundo edificio de Maffersdorf con instalación eléctrica después de la fábrica Ginzkey.
Ese mismo año, Ferdinand Porsche abandonó Maffersdorf y se trasladó a Viena. Más tarde, su hermano pequeño, Oskar, pasará a hacerse cargo de la empresa paterna. Ferdinand Porsche, en cambio, combinó sus conocimientos electrotécnicos con un invento aún reciente llamado automóvil. El resultado es un vehículo con motores en los cubos de las ruedas, el primer automóvil híbrido y el primer automóvil con tracción total del mundo. En 1902 Ferdinand Porsche fue a su ciudad natal con el modelo híbrido 'Mixte' de Lohner-Porsche. Quería mostrar el vehículo, pero sobre todo quería presentar a su novia, Aloisia Johanna Kaes, a sus padres. La exposición muestra una foto que da testimonio de esta visita.
También es posible ver una reconstrucción del primer automóvil híbrido diseñado por Porsche, el 'Semper Vivus' de Lohner-Porsche. Esta pieza ocupa un lugar central en la exposición. El nombre latino de este prototipo híbrido significa 'siempre vivo'. Se refiere a la tecnología de tracción del vehículo, que fue desarrollada en 1900 y constaba de dos motores eléctricos montados en los cubos de las ruedas y dos motores de explosión monocilíndricos. Estos últimos impulsaban un generador que cargaba continuamente las baterías durante la marcha. El concepto funcionaba tan bien que este automóvil, el primer híbrido operativo del mundo, tenía una impresionante autonomía de 200 kilómetros.
Este auto constituyó un hito en la historia de la automoción y, sin embargo, fue solo el inicio de la carrera profesional de Ferdinand Porsche, que habría de estar repleta de invenciones. En él se puede reconocer el extraordinario impulso innovador de este hijo de un maestro del metal de Maffersdorf. Su casa natal es un lugar ideal para exhibir este vehículo y también sus otras ideas y soluciones técnicas, las cuales, al igual que su prototipo híbrido, seguirán siempre vivas.