Además, el presidente ejecutivo de la compañía, Francisco Riberas, reducirá voluntariamente su salario fijo un 50 por ciento este año y el consejero delegado, el resto de consejeros y el equipo directivo, al menos un 15 por ciento durante el periodo que perduren las circunstancias excepcionales derivadas de esta crisis.
Según la información remitida este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el impacto de la pandemia representa un desafío sin precedentes para Gestamp, cuya prioridad, remarca, ha sido y continuará siendo la seguridad de sus más de 43,000 empleados y el servicio a sus clientes.
Las plantas del grupo en todo el mundo, a excepción de China, fueron cerrando en la segunda mitad de marzo, primero en Europa y luego en América, explica Gestamp, que añade que algunas factorías están reanudando las operaciones y confía en una reapertura gradual en la mayoría de centros en las próximas semanas.
En paralelo, la compañía ha tomado medidas de reducción temporal de empleo y ha ajustado los contratos temporales, al tiempo que ha reducido inversiones, gastos y ha intentado mejorar su posición de liquidez, que a cierre de marzo ascendía a unos 2,000 millones.
Gestamp detalla que para garantizar esa liquidez ha optado por extender líneas de crédito, ha aumento la financiación actual y ha firmado nuevos préstamos a largo plazo, sin detallar el montante.
Sobre la situación de la compañía en China, sus plantas están volviendo a la normalidad "gradualmente": las 11 plantas y dos centros de I+D están operando después del cierre por vacaciones prolongado con unos niveles de producción que se están incrementando.
A modo de ejemplo, asegura que ya en el mes de abril ha recuperado niveles de actividad cercanos a los previstos en algunas de sus plantas en el país asiático.