Biden aún no ha sido confirmado oficialmente como aspirante a la Presidencia por parte de su partido, aunque de facto lo es tras la retirada del resto de aspirantes demócratas.
"En estos momentos peligrosos y difíciles, el país necesita un liderazgo claro y estable, menos acritud partidista y más equilibrio de los derechos y protecciones de los trabajadores estadounidenses", declaró en un comunicado el presidente de UAW, Rory Gamble, cuyo sindicato representa a unos 400,000 trabajadores.
Y mencionó los estragos ocasionados en el sector por la crisis derivada de la pandemia de COVID-19: "Este problema demuestra la necesidad de liderazgo presidencial para seguir las recomendaciones de la ciencia y dar a los trabajadores un lugar en las discusiones sobre su seguridad y bienestar. Ahora es el momento para que los trabajadores se sienten en la mesa", explicó el directivo de UAW.
Biden fue vicepresidente del país durante la Presidencia de Barack Obama entre 2009 y 2017, y jugó un papel fundamental en el rescate del sector del automóvil tras la crisis financiera de 2008.
Los trabajadores del sector automotriz se han convertido en un objetivo clave tanto para Biden como para el presidente del país, el republicano Donald Trump, que aspira a la reelección el próximo 3 de noviembre, especialmente en estados como Michigan u Ohio.
En las elecciones presidenciales de 2016, Trump se hizo con el estado de Michigan con 10,000 votos más que la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton; mientras que en Ohio también superó a la exsecretaria de Estado, con casi 500,000 sufragios más.
Históricamente Biden ha contado con un sustancial apoyo entre los trabajadores del sector industrial, porque proviene de una familia de clase media originaria de Pensilvania; y su padre, Joe Sr., fue durante años vendedor de autos usados.