El plan incluye 1,000 millones para el fomento de la demanda con ayudas a la compra de vehículos eléctricos o híbridos, además de subvenciones para la modernización de cadenas de producción para que se adapten a la fabricación de coches ecológicos.
El objetivo pasa por que los productores automovilísticos fabriquen en Francia más de un millón de coches limpios en 2025.
El sector automotriz representa casi el 16 por ciento del volumen de negocios de la industria francesa, 4,000 empresas y casi 800,000 empleos directos e indirectos, y se ha visto duramente afectado por la crisis del coronavirus, con una caída de ventas del 80 por ciento.
El plan francés perseguirá mantener en el país la producción de vehículos con alto valor añadido y apostar por los eléctricos y los autónomos, con el objetivo de que "el coche del futuro se diseñe y se produzca en Francia", afirmó Macron.
Para ello, el presidente aseguró contar con el acuerdo de los dos grandes productores franceses, Renault y PSA.
Particular atención prestó el jefe del Estado a la marca del rombo, que este viernes presentará su plan industrial para los próximos años, que puede incluir el cierre de plantas en Francia.
Macron aseguró que Renault integrará el programa europeo de fabricación de baterías eléctricas y condicionó el préstamo de 5,000 euros garantizado por el Estado que ya se había anunciado a que la dirección dé garantías a los asalariados de las plantas que puedan cerrar.
El plan del gobierno francés también incluye la financiamiento de puestos de recarga de vehículos eléctricos para llegar a los 100,000 en 2021, con el objetivo de fomentar ese tipo de coches.