“Con el esperado despegue de las tasas de interés de Estados Unidos, los costos del endeudamiento aumentarán para las economías emergentes y en desarrollo en los próximos meses”, señaló un reporte del organismo financiero.
Prevé que este “proceso será relativamente fluido, puesto que la recuperación de la economía estadunidense continúa y las tasas de interés se mantienen bajas en otras economías importantes”.
No obstante, anotó, “hay riesgos enormes que podrían echar por tierra estas expectativas”.
Recordó el anuncio inicial de normalización de las políticas financieras en Estados Unidos, que agitó los mercados financieros en 2013, lo que se conoce “taper tantrum” o sobrerreacción de los mercados a la reducción paulatina de liquidez.
El primer aumento de las tasas de interés que “decrete la Reserva Federal de ese país desde la crisis financiera mundial podría desencadenar la inestabilidad de los mercados y reducir los flujos de capital hacia las economías emergentes en hasta 1.8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB)”, señala el informe.
Agregó que “las bases de la economía mundial están cambiando de manera lenta pero segura. Por el momento, China ha sorteado hábilmente los obstáculos y ha desacelerado su crecimiento a 7.1 por ciento; Brasil, cuyo escándalo de corrupción ocupa la primera plana noticiosa, ha sido menos afortunado y arroja crecimiento negativo”.
Con una expansión esperada de 7.5 por ciento este año, India por primera vez lidera el cuadro de crecimiento del Banco Mundial de las principales economías.
El obstáculo más grave “que ensombrece este panorama tan dinámico es el eventual despegue de Estados Unidos”, dijo Kaushik Basu, vicepresidente superior y economista en jefe del Banco Mundial.
“Esto podría atenuar los flujos de capital e incrementar los costos del endeudamiento. El presente informe GEP entrega un análisis integral de lo que podría significar este despegue para el mundo en desarrollo”, acotó Basu.
La situación dañaría en especial “a los mercados emergentes más vulnerables y con perspectivas de crecimiento en descenso”, agregó.
Afectaría a los mercados exportadores de productos básicos, que ya bregan por ajustarse a los persistentes precios bajos de los bienes primarios o en los países con políticas fiscales inciertas, indicó el especialista.
“A menos que los mercados emergentes hayan implementado medidas prudentes en sus políticas financieras (...) es probable que enfrenten problemas graves a la hora de sortear las turbulencias y otras posibles consecuencias de la política restrictiva de la Reserva Federal”, aseveró Ayhan Kose, director de Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial.
La caída en los precios del petróleo y de otros productos básicos estratégicos ha intensificado la desaceleración de las economías en desarrollo, muchas de las cuales dependen de la exportación de estos bienes, agregó Kose.
Por su parte, los importadores de productos primarios “se benefician de la inflación más baja, las presiones por aumentar el gasto fiscal, además de los bajos costos de importación y precios del crudo, hasta la fecha han sido lentos en incentivar la actividad económica”.
Esta situación se debe “a que muchas naciones adolecen de una persistente falta de infraestructura para servicios de electricidad, transporte, riego y otros, incertidumbre política y graves inundaciones y sequías causadas por condiciones meteorológicas adversas”.
Estos son algunos de los problemas que tienen los países en desarrollo en lo que resta del 2015 y en la proyección de los próximos años.
En este escenario aparece “la inminente perspectiva de tener que endeudarse a un costo mayor al tiempo que se adaptan a una nueva era de bajos precios del petróleo y otros productos básicos claves”.
Esta situación se traduciría en “un cuarto año consecutivo de magro crecimiento económico”, indicó el informe más reciente del Grupo Banco Mundial, Perspectivas Económicas Mundiales (GEP), difundido este sábado.
En este contexto, el Banco Mundial proyecta que las economías en desarrollo crezcan en 4.4 por ciento este año, con un probable aumento a 5.2 por ciento en 2016 y 5.4 por ciento en 2017.