Uruguay abre un proceso de calificación para la construcción de una planta gasificadora

Uruguay abre un proceso de calificación para la construcción de una planta gasificadora

Uruguay abrió ayer formalmente el proceso de calificación para las empresas interesadas en construir y operar una planta regasificadora con capacidad para 10 millones de metros cúbicos diarios destinada a cambiar "la matriz energética" y proporcionar la fuerza para sostener "el desarrollo" del país.

Esta "histórica" apertura del proceso calificador, que se extenderá hasta el próximo 1 de octubre, fue presidida por el prosecretario de la Presidencia uruguaya, Diego Cánepa; así como por el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, y el responsable de la empresa nacional de hidrocarburos Ancap, Raúl Sendic.

A partir de ahora, las empresas interesadas en participar en la obra, cuya inversión total se estimó en  "varios cientos de millones de dólares", podrán presentarse para ser calificadas en un proceso que ponderará su "solidez, competencia, experiencia y la solución preliminar que propongan para el emprendimiento".

Según explicaron las autoridades, la regasificadora se instalará en aguas del Río de la Plata y la obra incluirá, además de la planta en sí, la construcción de escolleras de protección, los muelles para amarre de buques y los sistemas de almacenaje, suministro y transferencia del gas.

A cambio de la construcción, la empresa se encargaría de la operación de la planta durante quince años y recibiría un canon por su labor.

"Este es el comienzo de un proyecto no solo estratégico, sino histórico para el país. La planta nos permitirá incrementar la independencia energética y al mismo tiempo generar la diversificación de la matriz y dar sustentabilidad al proyecto de desarrollo nacional", dijo Cánepa durante la presentación.

El prosecretario destacó además el hecho de que Uruguay haya decidido emprender esta obra en solitario con sus "magnitudes y desafíos técnicos", pasando del "sueño" a los "hechos concretos".

Las autoridades estimaron que hacia fin de año ya estará hecha la licitación y se sabrá quienes se encargarán del proyecto, que debería estar listo a fines de 2014.

Precisamente, la agilidad y el cumplimiento de estos plazos es un tema clave para el gobierno uruguayo, que destacó la importancia de "acortar" los tiempos lo máximo posible.

El ministro Kreimerman señaló que Uruguay tiene "muy buenas espectativas" sobre el desarrollo de la planta "basadas en la cantidad de empresas internacionales que se han interesado" en el proyecto, que además ofrecerá la posibilidad de contar con un excedente energético que se podrá exportar a países vecinos, particularmente a Argentina.

Por su parte, el presidente de Ancap destacó que con la planta en funcionamiento, Uruguay contará con una "disponibilidad energética" que pocos países de la región tienen, lo que abrirá las puertas para que nuevas empresas inviertan y produzcan allí.

En un principio, esta planta iba a construirse en cooperación entre Uruguay y Argentina y ambos gobiernos hablaron desde finales de 2010 sobre este tema en varias ocasiones.

Sin embargo, Uruguay decidió proseguir con la planta en solitario una vez que las negociaciones con el país vecino quedaron estancadas y apenas se avanzó en su desarrollo.

Actualmente, el 63 por ciento de la energía que consume Uruguay es derivada del petróleo y según los planes oficiales se espera haber reducido ese porcentaje al 38 por ciento en 2015, cuando finalice el gobierno del presidente José Mujica.

Uruguay importa la totalidad del petróleo que consume y el precio de los combustibles está directamente ligado a las variantes en el costo del crudo a nivel internacional.

Además, el país depende para su consumo eléctrico de la producción de sus plantas hidroeléctricas, cuyo rendimiento es irregular debido a las sequías que periódicamente azotan al país y que no permiten planificar regularmente los costos energéticos.

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