En un dictamen de punto de acuerdo, aprobado por la Comisión Permanente, se destaca que su fabricación se realiza en el Reino Unido por el empresario Alexander Dennis y tienen capacidad para 130 pasajeros, 70 por ciento de los cuales podrán ir sentados.
De acuerdo a la información oficial, el transporte usará por primera vez tecnología Euro 6, cuyo límite de emisiones es el más bajo en la actualidad y permitirá reducir más de 19 mil toneladas de gases de efecto invernadero.
Sus características no corresponden a la planeación del tipo de autobuses que recorren las líneas del metrobús y "son chatarra que ya no usarán en el Reino Unido y, por ello, la empresa inglesa se los vendió a México, pues además de incómodos en el segundo piso, tampoco cuentan con la tecnología que reduce las emisiones contaminantes".
Además, se ha dado a conocer que los 90 autobuses de la Línea 7 del metrobús usarán diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA), por lo que su compra va contra el acuerdo firmado por el jefe de gobierno de la Ciudad, Miguel Ángel Mancera, en la Cumbre de Alcaldes C40.
Se subraya que, a pesar de que transportarán a 30 pasajeros más por unidad, la desventaja es que usará diésel, que emite 80 por ciento más óxidos de nitrógeno que un vehículo a gas natural.
Aunado a ello, existe la posibilidad de que las unidades de Reforma se saturen y que, por la disposición interna del bus de doble piso, se retarden los ascensos y descensos.