"Hay un exceso de capacidad (productiva) respecto a la demanda, pero según los Estados miembros, esto no pasa, al menos no dentro de su territorio", advirtió el vicepresidente de la división europea de Ford, Wolfgang Schneider, durante un evento organizado por el Centro de Automoción Europeo (AIC) y la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Ford, que ha entrado en su quinto año consecutivo de caída de las ventas, aplicará un estricto plan de reestructuraciones en los Veintisiete para volver a generar beneficios, pese a la alarma que esto causa entre las autoridades públicas, que temen más despidos en un contexto de alto desempleo.
El conocido como plan "One Ford", que ya se aplicó en Estados Unidos, supondrá el cierre de su planta de Genk (Bélgica) a finales de 2014 y dos de sus factorías en el Reino Unido (Southampton y Dagenham) en 2013, con lo que 10,000 personas podrían perder su trabajo, sin contar con la destrucción de empleo indirecto.
Un directivo español del sector, que pidió no ser identificado, dijo a Efe que es necesario recurrir al cierre de plantas en Europa y señaló que hasta 15 de ellas trabajan a menos del 50 por ciento de su capacidad, "lo que significa que pierden dinero".
El director general de la división de Empresa de la Comisión Europea (CE), Daniel Calleja, admitió que es necesario un "ajuste", pero advirtió del impacto social de las reestructuraciones.
Calleja apostó por encontrar "soluciones acordadas" entre administraciones y la industria para afrontar estas situaciones, a la vez que defendió una mayor inversión en capital humano, para anticipar las reestructuraciones y entrenar a los trabajadores para adaptarse a las nuevas necesidades.
"Nadie quiere mover las fábricas fuera de Europa", afirmó Schneider, "pero necesitamos incentivos para estar en Europa", añadió el vicepresidente de Ford Europa, quien lamentó la falta de flexibilidad del sector en la Unión Europea (UE).
También pidió una "moratoria en las regulaciones" del sector, ya que consideró que la UE sufre un exceso de regulación, y una mayor flexibilidad laboral.
"La industria no está en contra de la regulación", afirmó Schneider, "cuando es demasiado ambiciosa, es un problema, pero cuando solo es ambiciosa, puede hacernos más competitivos".
Por su parte, el representante de la CE, apostó por una regulación selectiva, que no suponga más trabas al sector pero que le incentive a innovar, y señaló que el Ejecutivo europeo presentará un plan de acción estratégico sobre el sector del automóvil el próximo jueves.
Otra de las cuestiones que preocupa al sector es la creciente presión de los competidores extranjeros, en especial de los asiáticos, que cuentan con la ventaja de tener unos costes de producción mucho menores que sus homólogos europeos.
Schneider alertó del riesgo de abrir el mercado europeo a otros países sin que haya una reciprocidad real y puso como ejemplo a Corea del Sur, que está siendo investigado por la CE tras una denuncia presentada por Francia.
Calleja abogó por apoyar la internacionalización del sector desde la política, ya que buena parte de la producción europea se exporta.
En el caso de España, el 90 por ciento de la producción de sus plantas se exporta, indicó la directora general de AIC, Inés Anitua.
La alta competitividad en un mercado cada vez más global empuja a las automovilísticas europeas a apostar por soluciones innovadoras para mantener su competitividad.
"Nunca vas a poder ser un productor 'lowcost' siendo europeo, creer eso no es realista, pero se puede ser un líder en la innovación", señaló Schneider.
El presidente de Delphi Europa, Steven Kiefer, auguró un "futuro con cero accidentes, cero emisiones de dióxido de carbono (CO2) y una alta conectividad" gracias a la integración de internet en los coches.
Mientras los cambios llegan, el mercado europeo de turismos vio descender las matriculaciones en septiembre en el 10.8 por ciento, lo que supone un 7.6 por ciento menos durante los nueve primeros meses, en comparación con el mismo periodo de 2011.
Kiefer, sin embargo, se mostró optimista, al considerar que apostando por la innovación y efectuando los ajustes necesarios para remediar el exceso de producción, el sector "podrá volver a ser competitivo".