Los detalles de los nuevos planes acordados hoy por el guardián del euro serán dados a conocer durante la tradicional rueda de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi, adelantó un portavoz del BCE.
Si todo se desarrolla según lo previsto, Draghi presentará su polémico programa conocido como flexibilización cuantitativa o Quantitative Easing (QE) para comprar bonos públicos e inyectar liquidez en los mercados, siguiendo los pasos de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón.
Casi nadie duda de que el italiano sacará la artillería pesada para luchar contra la persistente amenaza de una espiral deflacionista en Europa y contra las dificultades que atraviesa para salir por fin de la crisis y evitar cualquier riesgo de caer en una nueva recesión.
Se espera que se detallen las grandes incógnitas sobre la calificada como "revolución en política monetaria en Europa" por el diario alemán Handelsblatt, como por ejemplo quién comprará la deuda estatal y quién será el responsable ante posibles pérdidas.
El presidente del banco central francés, Christian Noyer, propuso fijar un límite en las compras de deuda y que ésta recayera sobre los bancos nacionales. Cada banco central podría retirar del mercado un máximo de 20 ó 25 por ciento de la deuda de su país, algo que contaría con el beneplácito de Alemania.
En los círculos próximos al BCE se habla de un programa de 500,000 millones de euros (581,000 millones de dólares). No obstante, de acuerdo al Handelsblatt, el programa podría alcanzar hasta los 700,000 millones de euros.
Asimismo, a última hora del miércoles los medios publicaron en base a fuentes cercanas del BCE que el organismo estaría barajando la posibilidad de llevar a cabo adquisiciones de entre 35,000 y 50,000 millones de euros mensuales en una operación que podría alargarse hasta 2016.