Según la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) y el privado Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), el transporte es el más vulnerable en Guatemala debido a las amenazas de los pandilleros que les exigen cuantiosas sumas de dinero en extorsión.
Miles de conductores celebran este día en medio del dolor por los asesinatos de sus compañeros y algunos han adornado los autobuses con globos de colores.
De acuerdo con Edgar Guerra, Defensor de los Usuarios del Transporte nombrado por la PDH, en lo que va del 2013 han sido asesinados 70 conductores y 18 ayudantes del transporte de pasajeros.
A ellos se suman 35 de los denominados mototaxis (vehículos de tres ruedas) y 20 taxistas.
En los últimos nueve años, según cifras de los transportistas, los pandilleros conocidos en el país centroamericano como "mareros", han asesinado a 917 chóferes y 299 ayudantes.
Pese a que las fuerzas de seguridad han desarticulado a casi una veintena de grupos dedicados a las extorsiones durante 2013, este flagelo sigue afectando a ese sector, que constantemente se ve en la necesidad de paralizar el servicio ante la falta de seguridad.
Según el presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses Urbanos, Luis Gómez, los crímenes de los conductores se hicieron más evidentes desde 2006 en Guatemala, aunque las extorsiones comenzaron años atrás cuando los pandilleros les pedían una ayuda económica.
El fenómeno de las extorsiones se ha convertido en Guatemala en un negocio ilícito que genera ingresos millonarios al crimen organizado.
Aunque no existen estadísticas oficiales de las cantidades que perciben los grupos que extorsionan al comercio y al transporte, que son los principales blancos, se estima que los delincuentes obtienen entre 5 y 6 millones de quetzales mensuales (entre 641,025 y 769,230 dólares).