El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Acuerdo Contingente de Reserva (ACR) de los BRICS funcionarán como "espejos" del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), según los definió el gobierno brasileño.
"Vivimos tiempos de grandes oportunidades, como el acelerado avance de nuevas tecnologías, la multiplicación del comercio y las posibilidades de reorganización del sistema internacional en términos más democráticos y equitativos. En esa coyuntura, nuestros países tienen la obligación de manifestarse, de hacerse escuchar, de actuar", dijo la presidenta brasileña Dilma Rousseff durante la sesión plenaria, a la que asistieron sus homólogos de China, Xi Junping; Rusia, Vladimir Putin; y de Sudáfrica, Jacob Zuma, además del primer ministro de India; Narendra Modi.
La mandataria destacó el crecimiento de los cinco países, que juntos ocupan el 26 por ciento de la superficie terrestre y acogen a casi la mitad de la población mundial.
"Fuimos responsables por la mitigación de los efectos de la crisis financiera global y por el sostenido crecimiento de la economía global desde entonces", agregó.
Según Rousseff, cuyo discurso se hizo eco de las expresiones vertidas en la "Declaración de Fortaleza", el nuevo banco de fomento representa "una alternativa para las necesidades de financiamiento de infraestructura en los países en desarrollo, compensando la insuficiencia del crédito de las principales instituciones financieras internacionales".
También el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, se refirió a ambas entidades como "complementarias" de los organismos que hasta hoy mantenían la hegemonía de la financiación de proyectos claves para el desarrollo de los países, como los de infraestructura, a los cuales apunta de lleno el NBD.
"Hemos creado un banco de desarrollo, porque no hay recursos necesarios para financiar el desarrollo en todo el mundo. El Banco Mundial no tiene recursos para financiar los grandes proyectos de infraestructura que quieren realizar nuestros países", apuntó Mantega.
Los presidentes señalan en la declaración que para inaugurar "el nuevo ciclo de las Cumbres de los BRICS", el tema elegido fue "Crecimiento inclusivo: soluciones sostenibles", el cual "coincide con las políticas macroeconómicas y sociales inclusivas" que vienen implementando los respectivos gobiernos.
"Tenemos un proyecto de desarrollo nacional que ha priorizado en los últimos años los sectores más pobres de la población", ponderó Rousseff.
El nuevo banco tendrá un capital inicial autorizado de hasta 100,000 millones de dólares. En un principio, en tanto, cada uno de los países aportará 10,000 millones de dólares, para conformar un capital inicial suscrito de 50,000 millones de dólares.
El fondo de reservas arrancará por su parte con un capital inicial de 100,000 millones de dólares.
En la inauguración de su "segundo ciclo" de existencia, el bloque, que celebró su primera cumbre presidencial en 2009, tuvo que negociar dos aspectos vinculados al banco de fomento: la sede y la primera presidencia del organismo.
Brasil, que no postuló ninguna ciudad para acoger la sede del NBD, pretendía ser el primero a presidir la institución, según coinciden analistas y medios brasileños.
Por su parte, China e India querían la sede en Shangai y Nueva Delhi, respectivamente. Como ninguno de los dos países renunciaba a esa intención, y las negociaciones amenazaban con estancarse, Brasil resolvió ceder la primera presidencia a India, con lo que el grupo superó su primer entredicho de la "segunda era".
El avance no solo económico del grupo de gigantes en la arena mundial se plasmará mañana en Brasilia, donde los cinco mandatarios compartirán una reunión con presidentes sudamericanos.
Según afirmaron los mandatarios, "la sesión conjunta con los líderes sudamericanos" es una forma de mostrar el "creciente compromiso" del grupo con otros países, "en particular países en desarrollo y economías emergentes".
Entre los presidentes que confirmaron su presencia mañana en Brasilia están Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina; Michele Bachelet, de Chile; Nicolás Maduro, de Venezuela; Evo Morales, de Bolivia; y José Mujica, de Uruguay.