El juez del Tribunal del Distrito Sur de Nueva York Paul Engelmayer desechó esa querella, en la que se acusaba a la Fed de la Gran Manzana de haberse hecho con activos de los accionistas de la aseguradora sin su consentimiento y sin la compensación adecuada, según se puede ver hoy en la página web de esa corte.
Greenbarg, que dirigió AIG hasta 2005, interpuso en noviembre de 2011 esa demanda en la que solicitaba una indemnización de 25,000 millones de dólares a nombre de Starr International, la compañía que dirige ahora Greenberg y que contaba con una participación del 12 por ciento en AIG.
En concreto, la querella afirmaba que la Fed de Nueva York violó su deber fiduciario con los accionistas de AIG al "explotar" su control sobre la empresa para deshacerse de derivados en términos "innecesariamente dañinos" para la aseguradora con el fin "fortalecer" a sus competidores, grandes bancos de Wall Street.
Sin embargo, el juez asegura que el consejo de administración de AIG retuvo el control de la compañía durante el rescate y que eran ellos quienes contaron siempre con el deber fiduciario hacia los accionistas de la compañía.
"Simplemente porque el Consejo de AIG sintió que no tenía más opción que aceptar los duros términos de su único salvador disponible no significa que éste fuera de facto quien controlaba la compañía", afirma Engelmayer.
El revés judicial sufrido por Greenberg se produce después de que en julio de este año un juez de Washington sí que aceptase a trámite una demanda similar contra el Tesoro de Estados Unidos, en la que éste alegaba que el gobierno violó la "quinta enmienda" al apropiarse de activos de accionistas sin una compensación justa.
En septiembre de 2008, el gobierno estadounidense inyectó más de 182,000 millones de dólares en AIG para evitar la quiebra a la que se veía abocado por su alta exposición a las denominadas "hipotecas basura".
Este año, el Tesoro anunció la quinta ronda de venta de acciones de AIG desde mayo de 2011 por valor de 18,000 millones de dólares, la mayor por el momento, y que convertió al Tesoro en accionista minoritario con menos del 20 por ciento de participación en la compañía por primera vez desde su rescate.